A vueltas con el sentimentalismo facilón
por Bibi RamosPrimera incursión en el drama puro y duro de Alejandro Amenábar tras una terna previa que se decantaba por el suspense, el terror y/o el thriller psicológico. Tras Tesis, Abre los ojos (rehecha a la americana por Cameron Crowe) y el salto a la cancha internacional con Los otros, el realizador de origen chileno apuesta en Mar adentro por adaptar un caso real que conmocionó a la opinión pública española e impulsó un controvertido debate en los medios en torno a la cuestión de la eutanasia.
Amenábar lleva a la pantalla el trance final de Ramón Sampedro y entre el material con el que contó durante el proceso de documentación se encontraba el relato en primera persona que aquel decidió escribir en plena postrimería, que suma calado lírico a la propuesta. Pero Amenábar opta por ficcionalizar ese polémico pedazo biográfico importando los peores tics de esos melodramas que suelen destinarse al consumo televisivo y construye el conjunto a partir de sobredosis de dramatismo altivo, edulcorado y forzadamente lacrimógeno.
A favor: La esforzada caracterización de Javier Bardem, aunque no dejamos de ver a Javier Bardem "haciendo de" Ramón Sampedro.
En contra: Su cantosa manipulación emocional. Su cursilería. Su maniqueísmo.