Un clásico del cine terror
por Rodolfo SánchezTras un comienzo de carrera francamente mediocre, Bernard Rose sorprendió al adaptar (tanto en la dirección como en el guion) la novela de Clive Barker en Candyman, el dominio de la muerte. Con una impresionante Virginia Madsen como protagonista, Rose realiza una película de terror con concesiones gore que se introduce inteligentemente en la psique de una nación mediante la construcción de un espíritu vengativo que tiene la forma de un esclavo que, falsamente acusado de violar a una mujer blanca, fue asesinado por una sociedad enloquecida.
Si Freddy Kruger era el chivo expiatorio de los miedos de la era Reagan, Candyman retrocede en el tiempo para adentrarse en el pasado de un país que no ha sido superado ni solucionado. Para ello Rose construye una película en la que realidad y fantasía se dan la mano para crear una narración tensa, sombría, sórdida e inquietante en el que la protagonista, una joven estudiante universitaria, se verá sumida en una serie de asesinatos que bien podría estar cometiendo ella misma guiada por dicho espíritu. Candyman, el domino de la mente se alza como una de las mejores películas del género de la época y ya un clásico. Lástima que Rose no siguiera la senda marcada por esta película.
A favor: Madsen y la capacidad de Rose para crear una atmósfera malsana.
En contra: Las concesiones a los elementos gore, que en momentos restan de seriedad a la propuesta.