Desmitificación del thriller
por Paula Arantzazu RuizUn thriller que deconstruye un género, lo invierte, lo torna igual de vulnerable que los personajes que lo pueblan. El surcoreano Bong Joon-ho fue premiado con la Concha de plata al mejor director en el Festival de San Sebastián en 2003 por la minuciosa adaptación de una serie de crímenes sexuales no resueltos que tuvieron lugar en Gyeonggi, al noroeste del país. La historia de la investigación le sirve al cineasta para mostrar las chapuzas policiales que se cometieron durante las pesquisas (pruebas falsas, interrogatorios con torturas, etc.), aunque ese, en última instancia, no es el cometido de la película. Joon-hoo está más interesado en transmitir la mutación de los protagonistas, cómo sus personalidades cambian meridianamente (el detective local Park Doo-man, cuya conducta policial deja mucho que desear finalmente y pese a la desesperación acata las leyes, mientras que el intachable detective Seo Tae-yoon acaba fuera de sí), a la vez que la propia película va transformando su naturaleza de género en un intenso melodrama. Una de las mejores películas que ha exportado Corea del Sur.
A favor: Está exquisitamente bien dirigida. Bong Jong-hoo controla muy bien los distintos cambios de tono del filme.
En contra: El arranque puede resultar algo errático para un espectador estándar.