Gusanos gigantes
por Beatriz MartínezRon Underwood, dirigió en 1990 su primera obra, 'Temblores', película que no tuvo el éxito esperado en cine (no así en consumo doméstico) pero supuso la primera de una saga que por ahora lleva cinco entregas. Underwood construye una película entretenida, con un magnífico ritmo y con un toque de desinhibición, casi cómico, que aporta un más que saludable punto hilarante al supuesto terror de su historia: la presencia de unos gigantescos gusanos en el desierto de Nevada que han decidido acabar con la poca vida humana de la zona. Perfección, un pequeño pueblo de la zona, parece ser su próximo objetivo.
'Temblores' logra recuperar el aire de las producciones independiente y de serie B de los años cincuenta basando la efectividad del planteamiento, durante gran parte del metraje, más en aquello que no se ve antes que por la presencia física de unos gusanos que, cuando acaban saliendo, no decepcionan (son repugnantes). Underwood no abusa de ellos y sabe jugar a la perfección con los tempos narrativos y crear buenas secuencias de tensión y de acción que conllevan un entretenimiento constante. Una película sin más pretensiones que el hacer pasar un buen rato al espectador con inteligencia. Muy por encima de otros productos del mismo corte de la época.
A favor: El respeto de Underwood hacia un cine al que emula con personalidad.
En contra: Puestos a buscar algo en una película que no es más de lo que pretende ser, que los personajes son demasiado tópicos.