Un espectacular wuxia
por Paula Arantzazu RuizAng Lee resucitó a nivel comercial el género del wuxia con la premiada ‘Tigre y dragón' (2000), pero ha sido Zhang Yimou quien lo ha cultivado más profusamente: ‘Hero' (2002), ‘La casa de las dagas voladoras' (2004) y ‘La maldición de la flor dorada' (2006) forman parte de la trilogía del cineasta chino dedicada abiertamente a este género de aventuras, artes marciales e historias legendarias. Todas ellas son deslumbrantes y majestuosas, pero brilla especialmente ‘La casa de las dagas voladoras' por un número de razones: un reparto de lujo (Zhang Ziyi, Takeshi Kaneshiro y Andy Lau), un diseño de producción abrumador (la secuencia de la danza de las mangas es impresionante) y unas batallas coreografiadas que rebosan ritmo y, lo más importante, espectacularidad. Mención de honor para el plano de la sangre cayendo en la nieve con el que Zimou quiere acabar la película. Hay voces que claman por el cambio de registro más comercial del cineasta, pero tanto la película que nos ocupa como las otras dos de la trilogía confirman que tomó el mejor camino.
A favor: La película es todo un espectáculo de belleza y ritmo.
En contra: La historia de amor es un poco confusa.