Críticas
4,5
Imprescindible
Zombies Party (Una noche... de muerte)

El mejor Apocalipsis de nuestras vidas.

por Nestor Hidalgo

El debut de Edgar Wright en el cine tras la sensacional serie 'Spaced' colma todas las expectativas puestas en el que probablemente sea el mejor realizador británico del nuevo milenio. La presencia de Simon Pegg y Nick Frost como dúo protagonista, casi repitiendo sus personajes de la mencionada serie, ayuda a establecer un nexo de continuidad en el canon de Wright (igual que el cameo de Jessica Stevenson) que también refrenda su vigoroso y uso de la cámara y el montaje sintético. La película es frenética, con un ritmo imparable y gags inolvidables (la selección de vinilos adecuados como arma de defensa, la paliza al ritmo de 'Don't Stop Me Now' de Queen, etc.), pero se sustenta sobre una estructura maestra en cuanto a retrato de personajes con dos limpias pinceladas, suficientes para generar una empatía automática y duradera.

El gran acierto de Wright y Pegg como guionistas es construir toda la película como un gran homenaje y gesto de cariño hacia el género de muertos vivientes sin caer en la parodia burda y directa, sino ideando una comedia romántica y generacional modélica que se sirve del contexto zombie como un elemento más de la trama. Es decir, ni está como especia para dar un marco llamativo ni acapara todo el protagonismo cual exploit de casquería: es un elemento orgánico de la narración y un uso novedoso de los resortes de un género agotado digno de quitarse la tapa craneal.

A favor: Que los zombies son lo de menos, pero en ningún momento se descuidan.

En contra: Que al propio Wright le guste el esperpéntico título español en inglés.