Otra Disney es posible
por Diana AlbizuLa todopoderosa animación Disney vivió una época de zozobra y desorientación durante la década de los 2000s, con su divorcio y posterior adquisición de Pixar (la verdadera reina de la animación intergeneracional en esos momentos) y los ataques indiscriminados de DreamWorks Animation. Es la época del empuje de la animación por ordenador, digital y luego 3D, que el estudio intenta resistir e ir asimilando poco a poco con propuestas que van de lo kamikaze ('Atlantis: el imperio perdido', 'Lilo & Stitch') a lo esclerótico ('El planeta del tesoro', 'Hermano oso'), incluyendo concesiones a la moda tecnológica de consecuencias catastróficas ('Dinosaurio', 'Chicken Little'). Pero la indefinición también deja espacio a fenómenos arriesgados y heterodoxos poco habituales en la línea del estudio, como la cartoonesca 'El emperador y sus locuras' o la 'Descubriendo a los Robinson' (no propaguemos la patada gramatical de su distribuidora española) que nos ocupa.
Con dirección de Stephen Anderson (debut en el cargo) y tomando como base un libro del escritor infantil William Joyce, 'Descubirendo a los Robinson' probablemente sea el mejor largometraje Disney de su década, así como el más insólito por la falta de mesura a la hora de potenciar el ratio de ideas y gags por segundo. Más cercano al arrojo de algunas producciones de Disney Channel (la poco vistosa animación digital, en pañales si se compara con la Pixar contemporánea, también acerca el film al formato televisivo) que a la habitual limitación de movimientos de los largometrajes familiares del estudio, la anarquía y desparrame de la película sólo le dejan parentesco con el derroche de 'Alicia en el País de las Maravillas'. Hasta la moraleja tiene su dosis subversiva como glorificación de la dimensión productiva de los errores. "Sigue hacia delante". Afortunadamente, de vez en cuando el propio estudio también la tiene en cuenta.
A favor: La refrescante anarquía de su desarrollo argumental, la combinación de humor absurdo, bobo y surreal.
En contra: La tosquedad de su animación 3D se hace muy evidente a medida que pasan los años.