Viajar abre la mente... si vuelves al hogar
por Gonzalo de PedroEstá claro que el cine contemporáneo se debate entre dos posiciones en relación al entorno rural y sus habitantes: o lo idealiza, caso de películas documentales como 'El cielo gira' (Mercedes Álvarez, 2005), o lo demoniza, como lo demuestra la larguísima tradición de films de terror que encuentran en los pueblerinos la expresión más pura de lo peor del ser humano. 'Wolf Creek' es de esta segunda escuela: tres amigos, dos británicas y un australiano, recorren Australia en coche, y tras un misterioso problema con el motor, acaban en la guarida de un lugareño que no busca precisamente ayudarles, como prometía, sino desplegar un completísimo catálogo de maldades y torturas. Los paisajes desérticos del centro del país que jalonan la película no son un canto a la belleza natural, sino un reflejo del mal intrínseco que esconden, y que despliega una película de terror low-cost y algo tosca. Hay algo de prejuicio de pijo urbanita detrás de un planteamiento, poco importa que basado en hechos reales, que retrata el a los pueblerinos como seres dominados por pulsiones perversas.
Lo mejor: La economía de medios y la relación de la película con el paisaje.
Lo peor: la caricaturización del palurdo perverso y los turistas perroflautas protagonistas.