El coleccionista en horas bajas
por Eulàlia IglesiasEl director de 'La misión' aceptó el encargo de rodar una película de terror en la estela de la nueva moda del torture porn propiciada por films como 'Saw' o 'Hostel'. A partir de un argumento de Larry Cohen, la película se centra en una modelo que es secuestrada y retenida por un sádico en un habitáculo aislado y lleno de trampas. Al rato descubre que hay otro chico en sus mismas circunstancias al otro lado de la pared. Que entre ambos surja algo parecido al amor es quizá el único elemento diferencial de este subproducto que no funciona en ningún registro. La intriga policial no crea tensión y el sadismo connatural a estas películas parece rebajado para llegar a un público más amplio. Por lo que los fans del género no verán colmadas sus ansias de sangre y mutilación a pesar de la abundante parafernalia ad-hoc: cámaras de vigilancia, tortura gravada en vídeo, intentos de asesinato... Y la historia, por mucho que se retuerza por caminos enfermizos, resulta menos perturbadora que un capítulo de 'Heidi'.
A favor: El póster, el único elemento inquietante del film.
En contra: Elisha Cuthbert