Von Trier y el mundo laboral
por Rodolfo SánchezEn cada película, Lars von Trier parece dispuesto a sorprender, a cambiar, a, sin dejar de ser él mismo, entregar una nueva obra que reformulen todo lo anterior y abra nuevos caminos en su obra. El jefe de todo esto sorprendió en tanto a que venía a ser, en apariencia, una película mucho más pequeña que sus anteriores Dogville y Manderlay (dejando de lado el documental 5 condiciones, co-dirigido con Jorgen Leth) en cuanto a las intenciones: una comedia casi costumbrista, desarrollada en su país, y que parecía alzarse como un simple ejercicio de estilo y de género, segunda gran sorpresa: aunque el cine de von Trier siempre posee un punto irónico (que muchos no saben ver) nunca antes se había introducido de lleno en el género de la comedia en sí mismo.
En El jefe de todo esto lo hace y lo que logra no es una obra menor dentro de su trayectoria (como se sigue manteniendo en general) sino todo lo contrario: una obra mayor en la que una farsa le vale al cineasta (autor del guion y la fotografía) para desinhibirse y trazar una aguda, irreverente y divertida mirada hacia la sociedad actual y, más en concreto, alrededor de la organización laboral. El jefe de todo esto juega a la perfección con el género y entrega una película divertida pero que congela la sonrisa en más de un momento, porque lo que vemos es cómica, sí, pero francamente real. Y eso hace que, al final, nos plantemos más de una cuestión sobre nuestra realidad, lo cual hace de El jede de todo esto una propuesta mucho más ambiciosa de lo que en apariencia pueda pensarse.
A favor: Casi todo.
En contra: Casi nada.