Críticas
4,0
Muy buena
Matrimonio compulsivo

Una comedia madura

por Israel Paredes

Tras Yo, yo mimo e Irene los hermanos Farrelly cayeron en una suerte de olvido por parte de la crítica y del público motivado, quizá, en que sus humor no encontraba su lugar en propuestas más comerciales como Amor ciego o Amor en juego, con la fallida pero brutal Pegado a ti entre ambas. No les fue mejor con Matrimonio convulsivo a pesar de tratarse de su película más madura y, posiblemente, mejor. Evidentemente, partir del guion escrito por Neil Simon para la esplendida película de Elaine May de 1972, ayudó, y mucho a los hermanos, pero también es verdad que Matrimonio convulsivo presenta una cierta autoreflexión por parte de los cineastas sobre su propia obra que Ben Stiller amplía con su interpretación y, esto es lo más relevante, su presencia: un hombre maduro, de pelo cano, sin pareja, algo huraño que, de repente, se ve casado con una joven que le sobrepasa en todos los aspectos. Eddie, el personaje que interpreta Stiller, parece una suerte de figura madura de los anteriores papeles de Stiller, y, a su vez, una metáfora del cine de los hermanos Farrelly: una maduración necesaria, posiblemente obligada, en la que lo más grosero acaba dándose la mano de una suerte reflexividad sobre su cine y sobre la comedia que, en el momento de su estreno, parecía apuntar hacia una regeneración o cambio en su cine que, sin embargo, no se produjo del todo. En cualquier caso, Matrimonio convulsivo, quizá gracias al material del 72 del que parte, es una comedia muy por encima del recibimiento del momento, divertida, incluso agresiva en ciertos planteamientos alrededor de la pareja.

A favor: El planteamiento visual de los Farrelly, los actores y la propuesta en sí misma.

En contra: La comparación con la película de Elaine May