Los mundos azules de Cameron
por Israel ParedesTras 'Titanic' James Cameron se tomó su tiempo para regresar a la dirección y lo hizo con 'Avatar'. En su constante afán por intentar revolucionar el cine Cameron llegó irremediablemente al 3D cuando este formato comenzó de nuevo a ponerse de moda (algo que, desde los cincuenta, sucede de manera intermitente). Para poder llevar a cabo esa revolución, es decir, para dar su última palabra sobre el tema, Cameron ideó el guion de 'Avatar', quizá el único en los últimos años pensado realmente para ser rodado en dicho formato: 'Avatar' es posiblemente la única película en la que el 3D sí viene dado de la mano del contenido. Otra cosa es que el resultado sea convincente. Y en este caso, no lo es.
En 'Avatar' Cameron crea todo un mundo para ubicar una historia que ni interesa ni importa, al igual que los personajes, puros pegotes en un espectáculo que fascina a muchos mientras irrita a otros tantos. La historia de 'Avatar' se presenta tan sumamente simple, esquemática y larga que no engancha, debido ante todo a los intervalos entre las secuencias de acción –que son las que dan sentido final a la película- que no son más que excusas para sacarle más partido al 3D pero son tan insufribles y cursis como el conjunto final. Tampoco resulta demasiado convincente el mundo azul creado por Cameron, aunque habrá a quien le guste. Pero lo cierto es que resulta horrible, como también lo es la historia pseudo ecológica y el canto atávico que Cameron introduce en una narración que, pasado el tiempo, se olvida para que tan solo quede la resonancia visual de una película cuyas imágenes impactan. Ya sea para bien o para mal.
A favor: Aunque sea para crear un mundo muy feo, se debe destacar el trabajo que lleva detrás.
En contra: Que Avatar es una cara excusa cuya narración no vale para nada.