Críticas
4,5
Imprescindible
El silencio de los corderos

Congeniando con un caníbal

por Covadonga G. Lahera

El silencio de los corderos es uno de los thrillers más inquietantes de la historia del cine y, sin duda, "el thriller de los noventa" por antonomasia; brillante adaptación de la novela de Thomas Harry, con punto de mira en uno de los serial killers más "monstruosamente" interpretados, el psiconalista caníbal Hannibal Lecter. La huella que deja este en los espectadores es tan notable e indeleble como la que escribe con los dientes en sus víctimas.

Anthony Hopkins y Jodie Foster construyen un memorable "tour de force", dos personajes que pese a proceder de dos puntos antitéticos (especialista entre rejas y recién licenciada que opta al ingreso en el FBI) van aproximándose hasta construir una inédita y singular complicidad. El inteligente guión de Ted Tally dosifica los datos concernientes a la investigación que el FBI lleva en paralelo sobre el caso de otro letal asesino en serie, Buffalo Bill, quien supondrá "el bautizo" de la joven principiante. Nuestros ojos son los suyos y vamos avanzando con ella en el caso, copartícipes de una trama en tensión continua. La cámara de Jonathan Demme se mueve con agilidad entre varias distancias logrando armar un suspense in crescendo, sobrevolando con inquietud los espacios, generando angustia y temor en cada primer plano. Sabe sacarle un estupendo partido al fuera de campo, a la víscera de cerca y de soslayo y a la integración de puntuales flashbacks del pasado de Clarice. Todos los elementos técnicos están a una, sin olvidar la también memorable partitura compuesta por Howard Shore.

A favor: Todo y, sobre todo, cómo va desarrollándose la relación entre Hannibal y Clarice y cómo aquel va forzando a que esta se enfrente a sus temores infantiles.

En contra: Por poner algún pero, algún secundario poco definido.