Críticas
3,0
Entretenida
Mejor... Imposible

Una comedia clásico

por Rodolfo Sánchez

En 1983 James L. Brooks sorprendió con el excesivo melodrama La fuerza del cariño, una de las películas claves de la década de 1980 aunque más por lo que significó y por el cierto modelo de drama familiar que impuso que por su calidad. Cuatro años tardó en dirigiri su siguiente película, la irregular Al filo de la noticia y, después, siete en su tercera película, Aprendiendo a vivir y, tres después, en 1997, su cuarta, Mejor... imposible. Cuatro obras en quince años (luego haría otras dos) que deberían mostrar a un director reflexivo en su puesta en escena y en el trabajo del guion y que en su caso no siempre es así.

En Mejor... imposible, en cambio, nos encontramos con lo contrario: una película medida, equilibrada, casi perfecta en el manejo de todos los elementos de la comedia y con un trío protagonista (Jack Nicholson, Helen Hunt, Greg Kinnear) en estado de gracia. El guion parece calculado y, a partir de tres ideas básicas, capaz de desarrollar una historia divertida y fresca con el aroma de la comedia clásica en cada imagen. Así, Mejor... imposible se acaba alzando como una comedia perfecta. Demasiado en realidad porque tanta perfección acaba ocasionando que aunque la película de Brooks sea notable transmita la sensación de que la película no respira en aras de que todo esté en su lugar. Y una comedia puede ser imperfecta e irregular, pero debe tener un punto enloquecido del que carece Mejor... imposible. Y aun así, no se puede negar su capacidad para narrar una historia divertida y visualmente solvente.

A favor: Los actores.

En contra: La duración.