Problemas y deseos
por Eulàlia IglesiasLa chispa de Hal Hartley, uno de los principales representantes del cine independiente norteamericano de los noventa, se ha ido apagando con los años. Su última película vibrante y luminosa probablemente sea 'Simple Men', donde copiaba el gusto de la Nouvelle Vague por apropiarse de los registros del cine negro y darles un toque mucho más personal.
Aquí los protagonistas son una pareja de hermanos, uno desencantado (“no existe la aventura, no existe el amor, solo los problemas y el deseo”, afirma en un momento de la película parafraseando a Fritz Lang) dispuesto a romperle el corazón a la primera mujer que se cruce en su camino y el otro tímido, que espera encontrar a su padre. Sus planes se tuercen cuando acaban atascados en una gasolinera y empiezan a entablar amistad con las dos mujeres del lugar.
La herencia de Jean-Luc Godard, la iconografía estadounidense de la carretera, las inquietudes del cine independiente yanqui y el mejor rock'n'roll mezclados en un cóctel con personalidad.
A favor: el grandioso momento en que los protagonistas bailan al ritmo de Sonic Youth.
En contra: que el tiempo no haya jugado a su favor.