Críticas
4,0
Muy buena
Abril

Confesiones de un cineasta

por Rodolfo Sánchez

En los años noventa Nanni Moretti tan solo dirigió dos películas (y un corto). En 1993 la excelente Querido diario; en 1998 la notable y a ratos excepcional Abril, tardando después tres años en entregar su siguiente obra maestra, La habitación del hijo. Abril es en cierto modo una lógica continuación de Querido diario aunque tomando el género documental de manera mucho más evidente así como la idea de diario fílmico. Moretti se enfrenta a su propia cámara para hablar sobre sí mismo, sobre sus gustos y sus fobias (con temas como el cine, la política, el trabajo, la sociedad, la familia) ya presentes en su anterior obra pero, en Abril, se hacen más evidentes, pues el juego entre realidad y ficción presente en Querido diario desaparece abogando por un cine director y personal que, evidentemente, posee algo de narcisismo apenas contenido por parte de Moretti. Pero cuando este narcisismo toma una forma tan divertida y apasionante, aunque sin dejar de lado cierto toque melodramático, para nada efusivo, aunque sí agridulce, entonces, estamos dispuestos a tolerar dicho narcisismo. Y es que Abril, en sus casi ochenta minutos, mantiene el interés ante un hombre que nos entrega su visión sobre diversos aspectos de la vida y nos hace participe no solo de ella, si que nos ayuda, casi obliga, a que tomemos nosotros partido por nuestra parte.

A favor: Lo inteligente del planteamiento.

En contra: Que pueda ser rechazada por el componente narcisista de Moretti.