La maldad de la infancia
por Rodolfo SánchezJuan José Campanella ha sido uno de los directores argentinos más renombrados de los últimos años y, curiosamente, comenzó su carrera dirigiendo en Estados Unidos su primera película, El niño que gritó puta, con la que consiguió llamar la atención.
Y lo hizo mediante el retrato duro, honesto, provocativo y directo de una familia disfuncional en la que tres hijos hacen sistemáticamente la vida imposible a su madre mediante un trato violento tanto física como, ante todo, psicológicamente. Esto ocasiona que el mayor de los hijos acabe ingresado en una institución mental. Campanella trabaja el material con crudeza pero sobre todo con un halo provocativo que acaba convirtiendo la película en un artefacto llamado a empatar y remover al espectador antes que una aguda reflexión sobre aquello que está narrando. Consigue su propósito y en el itinerario también logra proyectar una arriesgada visión de la infancia sin cortapisa alguna. Asume un gran riesgo y, en general, sale airoso de él, creando una obra interesante y que debe verse para, después, tomar cada cual la decisión sobre aquello que ha visto.
A favor: La mirada poco complaciente hacia la maldad de la infancia.
En contra: Que el deseo de provocar emociones fuertes constriñe en realidad el impacto de la película.