Historia con mayúsculas y con minúsculas
por Rodolfo SánchezWayne Wang tardó varios años, desde sus inicios en 1982, en ser reconocido. Películas como Slam Dance o El club de la buena estrella le labraron cierta reputación pero no fue hasta que en 1995 dirigió la excelente Smoke, a partir del guion de Paul Auster, cuando su nombre comenzó a ser reconocido. Pero poco a poco se fue difuminando con títulos poco atractivos tras rodar la poco apreciada pero estupenda La caja china, película que se desarrolla en Hong Kong durante un momento muy delicado de su historia nacional, durante la cual unos personajes que se mueven en el límite de sus vidas. Historias dolorosas, fronterizas, pasionales y conmovedoras dan forma a una narración que juega con la resonancia poética de sus imágenes. Hay algo en La caja china desolador y agónico gracias a la capacidad de Wang de relacionar el drama de un país con el drama personal, como si uno influyera en el otro o como si lo íntimo estuviera, de alguna manera, directamente influido por los sucesos generales. Una obra de gran sensibilidad y fuerza.
A favor: Gong Li y el trabajo de Wang.
En contra: Que pueda verse como una simple película de época.