Napoleón, Julio César o Atila fueron algunos de los dueños de una daga forjada en Egipto. Esta joya legendaria le otorgaba un poder casi absoluto a la persona que la poseía. La daga ha ido pasando de mano en mano desde su creación y el último dueño conocido fue un monje loco llamado Rasputín. En Rusia se pierde la pista al poderoso objeto y ...