En aquellos tiempos, las salvajes regiones del Norte de Europa estaban pobladas con héroes y monstruos, y con hombres audaces, preparados para la lucha y para las conquistas, y que podían aún forjarse destinos excepcionales. El más glorioso de estos aventureros fue el Vikingo Beowulf, que apareció un día para salvar al viejo rey Hrothgar y a ...