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Por muy embrollado que sea el argumento, por muy reguleras que sea el malo de turno (que si tan reguleras parece, simplemente, se debe a expectativas frustradas). En la Oscuridad transmite un espíritu aventurero sencillamente irresistible, y una diversión en cantidades ingentes, aún mayor que la también muy disfrutable primera Star Trek (quiero decir, la primera desde que nos importa Star Trek). Desde el prólogo, que a mí me recordó enormemente a Indiana Jones, hasta el genial clímax en el San Francisco futurista, En la Oscuridad ofrece entretenimiento a raudales e, incluso, bastante emoción. Los personajes nos importan, nos interesan, y por momentos la película logra ser bastante emotiva (gracias a Kirk y al Sr. Spock). Los efectos digitales y demás parafernalia están chulis, también, y la dirección es correctísimañ.