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Después de encandilarnos con 'Frances Ha', la adorable dupla Baumbach-Gerwig vuelve a ponerse a cargo de un guión parlanchín y modernete, lleno de referencias culturetas y reflexiones trascendentales para los jóvenes y no tan jóvenes. Ahora, sin embargo, en lugar de la frivolidad de que la 'Frances Ha' queda aquí una obra mejor rematada, más seria y más profesional, en la que realmente se ha invertido un gran esfuerzo en el guión. Los diálogos, al contrario que ocurría en la anterior película de Baumbach-Gerwig, bullen llenos de vida y a altísima velocidad, buscando la absurdez y la incomprensión. En ese sentido, 'Mistress America', aunque mucho mejor película que 'Frances Ha' en todos los sentidos, resulta más ajena y antipática que esta última, no siendo ni tan entretenida ni tan divertida como debiera. Aún así, Greta Gerwig sigue siendo un prodigio cinematográfico, y su paternaire Lola Kirke es una coprotagonista inmensa y compleja, rodeadas de un plantel de secundarios surrealista y, cada uno a su extraño modo, adorable.