"Malditos Bastardos" es un controvertido e interesante film de ficción bélica, dirigido por Quentin Tarantino, y protagonizado por Brad Pitt y Christoph Waltz. II Guerra Mundial, 1945. Una sobreviviente judía que años atrás escapó de la masacre de su familia, encontrará finalmente la oportunidad de vengarse cuando el Alto Mando Nazi se reúne en su cine a propósito del estreno de una película de propaganda nazi. Quentin Tarantino tenía contemplado rodar una película bélica desde antes de estrenar su clásica doble entrega "Kill Bill Part 1-Part 2" (2003-2004). Sin embargo, terminaría por postergar el proyecto no sólo por esta emblemática cinta sobre venganza y artes marciales, sino también por su fallida colaboración en "Grindhouse Experience", junto a Robert Rodríguez y "Planet Terror" (2007), con la irregular "Death Proof" (2007), sindicada por el propio director como su peor película hasta la fecha. Tras ello, Tarantino finalmente encontraría el tiempo para filmar "Inglourious Basterds" (2008), su séptima película. Confeso obseso del cine de explotation de los 70s, Tarantino se inspiraría en el poco recordado film bélico "Quel Maledetto Treno Blindato" (1978) de Enzo G. Castellari para estructurar la premisa narrativa de su próxima película, una típica aventura de spaguetti western trasladada al tema bélico en que un grupo de soldados estadounidenses sobrevivientes a la guerra se ven envueltos en una compleja misión, que consiste en interceptar un tren blindado que carga una poderosa arma. En entrevistas posteriores, Tarantino confesaría que el guión tenía esencialmente una base de spaguetti western que debió ir depurando en función de su intención de rodar una película bélica, y que terminaría siendo una ficción ucrónica, un tipo de género literario que toma como punto de partida algún hecho histórico para luego tomar un camino alternativo, que pudo haber sido real o de plano ficcional.
No obstante, "Inglourious Basterds" (2008) terminará por inspirarse en una historia real, sobre un trío de soldados (dos judíos exiliados y un austríaco renegado) entrenados por la Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos para infiltrarse, espiar y sabotear acciones alemanas en las postrimerías de la II Guerra Mundial, cuyas actividades serían bautizadas como "Operación Greenup". El trío de combatientes fue lanzado en paracaídas para operar desde la ciudad austríaca de Tirol, desde donde lograron hacerse pasar por nazis y obtener valiosa información sobre desplazamiento de tropas, trenes de suministro y ubicación de fábricas nazis, las cuales fueron certeramente bombardeadas por los aliados, diezmando así la capacidad de reacción de los nazis. Narrada en forma de capítulos, Tarantino presentará básicamente tres historias que terminarán fusionándose hacia la mitad de la película, la de Shosanna Dreifus, la del grupo de "Bastardos" y la de la espía Bridget Von Hammersmark, que en forma paralela y sin mayor coincidencia más que el teatro en donde se reunirá el Alto Mando Nazi, tienen el mismo objetivo: acabar con los nazis. De esta forma, a partir de un prólogo concretamente violento, y quizás para nada ficticio, como es la llegada del implacable coronel nazi Hans Landa a una granja de la Francia ocupada en búsqueda de judíos escondidos a quienes eliminar por encargo de la SS, Tarantino dará cuenta de su particular visión sobre la acción, en la que abundan los diálogos que construyen tensión y que terminan en un acto arrebatado de violencia criminal, clímax del prológo filmado con brillantez y vigor por el demente director estadounidense.
Sin embargo, que no se crea que este gran prólogo sólo servirá para dar cuenta del violento contexto del film y la presentación de la heroína superviviente que (sin contemplarlo) tendrá oportunidad de vengarse de los nazis en el futuro, sino que servirá de excusa, de una forma contundente y notable, para presentar a uno de los grandes supervillanos de la historia reciente del cine, el maniático, implacable y empático coronel Hans Landa, que Tarantino reconoce como el mejor personaje que haya escrito hasta la fecha. Landa es el tipo de súpervillano con el cual el espectador no puede otra cosa que sentir empatía, a pesar de que sabe que es un demente, miserable y maquiavélico personaje, capaz de traicionar a su propia madre con tal de alcanzar sus propios intereses y metas. Hay que señalar que Hans Landa se inspira levemente en un oficial nazi real, Hanz Hofer, administrador de la provincia del Tirol que, anticipándose a la derrota alemana en la II Guerra Mundial, discutió con uno de los "Bastardos", Mayer, la posibilidad de rendirse y acceder a inmunidad criminal luego de finalizado el conflicto global. Con más suerte que el Landa ficticio, Hofer terminaría rindiéndose ante los estadounidenses, permaneciendo en un campo de prisioneros hasta 1948 y siendo condenado a muerte por traición en Austria un año más tarde. Sin embargo, lograría salvarse de su condena y vivir en Alemania hasta su muerte natural, en 1964, destino que varios criminales de guerra tuvieron la suerte de correr, luego de cooperar y entregar información política y científica a los aliados, quienes no tuvieron el menor reparo de absolverlos y cambiar sus identidades.
Aunque Tarantino estructura a Landa a partir de un personaje histórico, hay que destacar que el gran mérito no es sólo del director por crearlo, sino de un enorme Christoph Waltz ("Django Unchained", 2012) para interpretarlo. Waltz, un extraordinario actor austríaco políglota y polifacético, da vida a un inteligente, calculador, empático y perverso oficial nazi de la SS que sabe hacer múltiples lecturas de sus propios actos y el desarrollo de los acontecimientos, como es el simple de hecho de que a pesar de ser multicondecorado y apodado el "cazajudíos" por los nazis, terminará por comprender que la clave para sobrevivir la guerra estará en ponerse de parte de los vencedores. Por supuesto que Tarantino no le permitirá que se dé el gusto de concretar sus planes terminado el entuerto, pero mientras tanto disfrutará colocando a Landa en las más entretenidas situaciones, en donde dará cuenta de su particular personalidad. Por otra parte, Tarantino explorará otros derroteros en las otras dos historias paralelas, como la trama de espionaje y contraespionaje, y el trabajo implacable de los "Bastardos". En la primera, se introduce la participación de la actriz y espía Bridget Von Hammersmark, una evidente referencia a la diva germana Marlene Dietrich, que espió para Estados Unidos durante la II Mundial, después de haber sido investigada por supuesto espionaje. En una de las escenas en que más abusa de sus típicos diálogos, Tarantino expondrá cómo una anecdótica partida de cartas puede terminar en un descomunal baño de sangre para ambos bandos, situación que recuerda sus recordadas escenas de "Reservoir Dogs" (1992) y "Pulp Fiction" (1994).
Y la segunda, en donde el elemento ucrónico se puede observar de mejor forma, es la aparición de los "Bastardos" en acción, primero acabando con una tropa alemana a punta de balazos, golpes de bate y descueramiento capilar de soldados nazis, a la usanza de los aborígenes norteamericanos, y luego al infiltrarse en el teatro de Soshanna, ahora Emmanuelle Mimieux, para encerrar al mismísimo Adolf Hitler y Joseph Goebbels en la sala, aprovechar un incendio provocado y rocear de plomo a todos los grandes personeros del nazismo. El grupo encabezado por el teniente 1° Aldo Raine e integrado por judíos, estadounidenses y alemanes renegados, destaca por incluir a los psicópatas Hugo Stiglitz y Donnie Donowitz, el "Oso Judío", que gusta de matar nazis con un bate de beisbol, y su particular humor en situaciones límite. A pesar de que el clímax no pasa de ser otra americanada más, Tarantino sabe explotar los máximos alcances de lo anecdótico y el destino, con la posibilidad de que Shosanna se encuentre con su venganza sin planificarla, al imponérsele el estreno del film propagandístico nazi sobre el el héroe de la Wehrmacht, Fredrick Zoller en su propio cine, oportunidad que no podrá desaprovechar ya que no sólo tendrá a su merced a Hans Landa sino al mismísimo Hitler y Goebbels. Una oportunidad que tampoco los "Bastardos" están dispuestos a dejar pasar y que podrán sortear a pesar del ridículo episodio de la conversación con Landa sobre el nivel de su italiano, junto a Bridget Von Hammersmark, y la ausencia casi crónica de medidas de seguridad en el edificio, con el líder nazi como principal protagonista.
Tarantino quería contar con Ennio Morricone para componer el score del film, sin embargo, el legendario compositor italiano no pudo participar por problemas de agenda. Aún así, el director se dio maña de incluir material escrito por Morricone. Además, incluyó la balada folk "The Green Leaves of Summer" de Dimitri Tiomkin y Paul Francis Webster ("The Alamo", 1960), y "Cat People" (1982) de David Bowie. "Inglourious Basterds" (2008) fue nominada a 8 premios Oscar, incluidos mejor película, mejor director y mejor guión original, quedándose el Oscar al mejor actor de reparto (Waltz). Para los Globos de Oro, también nomiado a mejor película, director y guión original, quedándose nuevamente sólo con el premio al mejor actor de reparto. En los BAFTA, de las 6 nominaciones, sólo Christoph Waltz se alzaría como representante exitoso del film. También, la película ganaría el premio a la mejor actriz de reparto (Laurent) y mejor actor de reparto (Waltz) del Sindicato de Actores.
Las actuaciones son notables, el film cuenta con un acertado reparto, aunque como ya indiqué quien se lleva todos los elogios es Christoph Waltz, que se quedó con el Oscar, Globo de Oro y el BAFTA por este papel. Y no es para menos, está verdaderamente impresionante como el coronel Hans Landa, con una interpretación soberbia e inolvidable. A partir de Waltz, todos cumplen, empezando por Brad Pitt que resulta eficaz como el teniente 1° Aldo Raine, líder de los "Bastardos". Le secundan dos talentosas actrices, Mélanie Laurent ("Je Vais Bien, Ne T'en Fais Pas, 2006) y Diane Kruger ("Joyeux Noël", 2005) como Shosanna Dreifus/Emannuelle Mimieux y Bridget Von Hammersmark, respectivamente. La primera interpreta a la judía francesa joven que logra escapar a la masacre de Landa y aprovecha la oportunidad para vengarse, mientras que la segunda a la diva y actriz alemana que espía para los aliados, en concreto para los británicos. Ambas van contra los nazis, aunque tienen motivaciones diferentes y nunca se cruzan sus caminos, además de representar irónicamente los costos colaterales de la lucha contra los nazis. En el reparto secundario, encontramos a Daniel Brühl ("Goodbye Lenin", 2003) como Frederick Zoller, héroe alemán que se enamora de Shosanna/Emanuelle. Michael Fassbender ("Shame", 2011) es Archie Hicox, contacto líder del ejército británico. Eli Roth ("Hostel", 2005), encarna al "Oso Judío". Til Schweiger ("Knockin' On Heaven's Door", 1997) como el psicópata Hugo Stiglitz. Mike Myers (“Wayne’s World”, 1992) encarnó al general británico Ed Fenech. Rod Taylor ("The Birds", 1963) como Winston Churchill. Sylvester Groth ("Stalingrad", 1993) es Joseph Goebbels. Martin Wuttke ("Die Stille Nach Dem Schuss", 2000) encarna a Adolf Hitler. Y Samuel L. Jackson, como el narrador.
En definitiva, sangre, violencia, atrevimiento, diálogos infinitos, humor, crueldad y dureza se dan de la mano en esta inmersión en el cine bélico. Una reinterpretación muy personal y vengativa de la II Guerra Mundial que depara memorables escenas para la posteridad. Una ida de olla como de una admirable abnegación por su trabajo y sus inspiraciones, de esa forma Tarantino vuelve a consolidarse como cineasta y se marca un regreso triunfal y por todo lo alto a las salas.
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No obstante, "Inglourious Basterds" (2008) terminará por inspirarse en una historia real, sobre un trío de soldados (dos judíos exiliados y un austríaco renegado) entrenados por la Oficina de Servicios Estratégicos de Estados Unidos para infiltrarse, espiar y sabotear acciones alemanas en las postrimerías de la II Guerra Mundial, cuyas actividades serían bautizadas como "Operación Greenup". El trío de combatientes fue lanzado en paracaídas para operar desde la ciudad austríaca de Tirol, desde donde lograron hacerse pasar por nazis y obtener valiosa información sobre desplazamiento de tropas, trenes de suministro y ubicación de fábricas nazis, las cuales fueron certeramente bombardeadas por los aliados, diezmando así la capacidad de reacción de los nazis. Narrada en forma de capítulos, Tarantino presentará básicamente tres historias que terminarán fusionándose hacia la mitad de la película, la de Shosanna Dreifus, la del grupo de "Bastardos" y la de la espía Bridget Von Hammersmark, que en forma paralela y sin mayor coincidencia más que el teatro en donde se reunirá el Alto Mando Nazi, tienen el mismo objetivo: acabar con los nazis. De esta forma, a partir de un prólogo concretamente violento, y quizás para nada ficticio, como es la llegada del implacable coronel nazi Hans Landa a una granja de la Francia ocupada en búsqueda de judíos escondidos a quienes eliminar por encargo de la SS, Tarantino dará cuenta de su particular visión sobre la acción, en la que abundan los diálogos que construyen tensión y que terminan en un acto arrebatado de violencia criminal, clímax del prológo filmado con brillantez y vigor por el demente director estadounidense.
Sin embargo, que no se crea que este gran prólogo sólo servirá para dar cuenta del violento contexto del film y la presentación de la heroína superviviente que (sin contemplarlo) tendrá oportunidad de vengarse de los nazis en el futuro, sino que servirá de excusa, de una forma contundente y notable, para presentar a uno de los grandes supervillanos de la historia reciente del cine, el maniático, implacable y empático coronel Hans Landa, que Tarantino reconoce como el mejor personaje que haya escrito hasta la fecha. Landa es el tipo de súpervillano con el cual el espectador no puede otra cosa que sentir empatía, a pesar de que sabe que es un demente, miserable y maquiavélico personaje, capaz de traicionar a su propia madre con tal de alcanzar sus propios intereses y metas. Hay que señalar que Hans Landa se inspira levemente en un oficial nazi real, Hanz Hofer, administrador de la provincia del Tirol que, anticipándose a la derrota alemana en la II Guerra Mundial, discutió con uno de los "Bastardos", Mayer, la posibilidad de rendirse y acceder a inmunidad criminal luego de finalizado el conflicto global. Con más suerte que el Landa ficticio, Hofer terminaría rindiéndose ante los estadounidenses, permaneciendo en un campo de prisioneros hasta 1948 y siendo condenado a muerte por traición en Austria un año más tarde. Sin embargo, lograría salvarse de su condena y vivir en Alemania hasta su muerte natural, en 1964, destino que varios criminales de guerra tuvieron la suerte de correr, luego de cooperar y entregar información política y científica a los aliados, quienes no tuvieron el menor reparo de absolverlos y cambiar sus identidades.
Aunque Tarantino estructura a Landa a partir de un personaje histórico, hay que destacar que el gran mérito no es sólo del director por crearlo, sino de un enorme Christoph Waltz ("Django Unchained", 2012) para interpretarlo. Waltz, un extraordinario actor austríaco políglota y polifacético, da vida a un inteligente, calculador, empático y perverso oficial nazi de la SS que sabe hacer múltiples lecturas de sus propios actos y el desarrollo de los acontecimientos, como es el simple de hecho de que a pesar de ser multicondecorado y apodado el "cazajudíos" por los nazis, terminará por comprender que la clave para sobrevivir la guerra estará en ponerse de parte de los vencedores. Por supuesto que Tarantino no le permitirá que se dé el gusto de concretar sus planes terminado el entuerto, pero mientras tanto disfrutará colocando a Landa en las más entretenidas situaciones, en donde dará cuenta de su particular personalidad. Por otra parte, Tarantino explorará otros derroteros en las otras dos historias paralelas, como la trama de espionaje y contraespionaje, y el trabajo implacable de los "Bastardos". En la primera, se introduce la participación de la actriz y espía Bridget Von Hammersmark, una evidente referencia a la diva germana Marlene Dietrich, que espió para Estados Unidos durante la II Mundial, después de haber sido investigada por supuesto espionaje. En una de las escenas en que más abusa de sus típicos diálogos, Tarantino expondrá cómo una anecdótica partida de cartas puede terminar en un descomunal baño de sangre para ambos bandos, situación que recuerda sus recordadas escenas de "Reservoir Dogs" (1992) y "Pulp Fiction" (1994).
Y la segunda, en donde el elemento ucrónico se puede observar de mejor forma, es la aparición de los "Bastardos" en acción, primero acabando con una tropa alemana a punta de balazos, golpes de bate y descueramiento capilar de soldados nazis, a la usanza de los aborígenes norteamericanos, y luego al infiltrarse en el teatro de Soshanna, ahora Emmanuelle Mimieux, para encerrar al mismísimo Adolf Hitler y Joseph Goebbels en la sala, aprovechar un incendio provocado y rocear de plomo a todos los grandes personeros del nazismo. El grupo encabezado por el teniente 1° Aldo Raine e integrado por judíos, estadounidenses y alemanes renegados, destaca por incluir a los psicópatas Hugo Stiglitz y Donnie Donowitz, el "Oso Judío", que gusta de matar nazis con un bate de beisbol, y su particular humor en situaciones límite. A pesar de que el clímax no pasa de ser otra americanada más, Tarantino sabe explotar los máximos alcances de lo anecdótico y el destino, con la posibilidad de que Shosanna se encuentre con su venganza sin planificarla, al imponérsele el estreno del film propagandístico nazi sobre el el héroe de la Wehrmacht, Fredrick Zoller en su propio cine, oportunidad que no podrá desaprovechar ya que no sólo tendrá a su merced a Hans Landa sino al mismísimo Hitler y Goebbels. Una oportunidad que tampoco los "Bastardos" están dispuestos a dejar pasar y que podrán sortear a pesar del ridículo episodio de la conversación con Landa sobre el nivel de su italiano, junto a Bridget Von Hammersmark, y la ausencia casi crónica de medidas de seguridad en el edificio, con el líder nazi como principal protagonista.
Tarantino quería contar con Ennio Morricone para componer el score del film, sin embargo, el legendario compositor italiano no pudo participar por problemas de agenda. Aún así, el director se dio maña de incluir material escrito por Morricone. Además, incluyó la balada folk "The Green Leaves of Summer" de Dimitri Tiomkin y Paul Francis Webster ("The Alamo", 1960), y "Cat People" (1982) de David Bowie. "Inglourious Basterds" (2008) fue nominada a 8 premios Oscar, incluidos mejor película, mejor director y mejor guión original, quedándose el Oscar al mejor actor de reparto (Waltz). Para los Globos de Oro, también nomiado a mejor película, director y guión original, quedándose nuevamente sólo con el premio al mejor actor de reparto. En los BAFTA, de las 6 nominaciones, sólo Christoph Waltz se alzaría como representante exitoso del film. También, la película ganaría el premio a la mejor actriz de reparto (Laurent) y mejor actor de reparto (Waltz) del Sindicato de Actores.
Las actuaciones son notables, el film cuenta con un acertado reparto, aunque como ya indiqué quien se lleva todos los elogios es Christoph Waltz, que se quedó con el Oscar, Globo de Oro y el BAFTA por este papel. Y no es para menos, está verdaderamente impresionante como el coronel Hans Landa, con una interpretación soberbia e inolvidable. A partir de Waltz, todos cumplen, empezando por Brad Pitt que resulta eficaz como el teniente 1° Aldo Raine, líder de los "Bastardos". Le secundan dos talentosas actrices, Mélanie Laurent ("Je Vais Bien, Ne T'en Fais Pas, 2006) y Diane Kruger ("Joyeux Noël", 2005) como Shosanna Dreifus/Emannuelle Mimieux y Bridget Von Hammersmark, respectivamente. La primera interpreta a la judía francesa joven que logra escapar a la masacre de Landa y aprovecha la oportunidad para vengarse, mientras que la segunda a la diva y actriz alemana que espía para los aliados, en concreto para los británicos. Ambas van contra los nazis, aunque tienen motivaciones diferentes y nunca se cruzan sus caminos, además de representar irónicamente los costos colaterales de la lucha contra los nazis. En el reparto secundario, encontramos a Daniel Brühl ("Goodbye Lenin", 2003) como Frederick Zoller, héroe alemán que se enamora de Shosanna/Emanuelle. Michael Fassbender ("Shame", 2011) es Archie Hicox, contacto líder del ejército británico. Eli Roth ("Hostel", 2005), encarna al "Oso Judío". Til Schweiger ("Knockin' On Heaven's Door", 1997) como el psicópata Hugo Stiglitz. Mike Myers (“Wayne’s World”, 1992) encarnó al general británico Ed Fenech. Rod Taylor ("The Birds", 1963) como Winston Churchill. Sylvester Groth ("Stalingrad", 1993) es Joseph Goebbels. Martin Wuttke ("Die Stille Nach Dem Schuss", 2000) encarna a Adolf Hitler. Y Samuel L. Jackson, como el narrador.
En definitiva, sangre, violencia, atrevimiento, diálogos infinitos, humor, crueldad y dureza se dan de la mano en esta inmersión en el cine bélico. Una reinterpretación muy personal y vengativa de la II Guerra Mundial que depara memorables escenas para la posteridad. Una ida de olla como de una admirable abnegación por su trabajo y sus inspiraciones, de esa forma Tarantino vuelve a consolidarse como cineasta y se marca un regreso triunfal y por todo lo alto a las salas.
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