"Aguirre La Cólera De Dios" es una cinta correcta y simbólica, primera de las cinco colaboraciones de la dupla Werner Herzog-Klaus Kinski, que le otorgaría a éste último el impulso necesario para convertirse en actor de culto. América del Sur, siglo XVI. El explorador Gonzalo de Pizarro encabeza un grupo de conquistadores hispanos en busca de la legendaria ciudad de El Dorado, en plena selva peruana. Debido a la escasez de provisiones y fuerzas, Pizarro enviará una avanzada con el poco acertado Pedro de Urzúa y con el lunático Lope de Aguirre, quien obsesionado con el poder llevará a lo que quede de los hombres a un verdadero infierno. Tras la experimental "Fata Morgana" (1971), el vanguardista director alemán Werner Herzog comenzaría a concebir su próximo film a partir de la lectura de un libro sobre aventureros históricos, en concreto sobre el histórico Lope de Aguirre (1511-1561), apodado Lope, "el loco" o Lope "el tirano" por su participación de una serie de asesinatos para erigirse como líder de una expedición española en busca de El Dorado, además de acaudillar una rebelión contra la Monarquía Española, que le costó la vida en Barquisimeto, actual territorio venezolano. La excéntrica y demente personalidad del explorador generaría en Herzog tal fascinación que se embarcaría en una peligrosa travesía cinematográfica en la misma selva amazónica peruana, tras escribir el guión en sólo dos días, durante un viaje a Viena.
Probablemente, uno de los puntales más fuertes de la historia radica en su esencia minimalista, con diálogos simples, en una suerte de metáfora sobre el enfrentamiento más primigenio del hombre con la naturaleza. Herzog deseaba recrear una visión apocalíptica sobre la locura y la irracionalidad del hombre sometido a las más extremas condiciones de codicia y salvajismo, una suerte de lucha antológica con la implacabilidad de la naturaleza, en concreto, la selva amazónica peruana. De esta forma, el director de "Fitzcarraldo" (1982) investigaría sobre la figura del lúnatico y ya mencionado Lope de Aguirre, pero también consideraría los escritos del monje Gaspar de Carvajal (1500-1584), que narra el viaje emprendido por Gonzalo de Pizarro, desde el recién conquistado imperio incaico hacia las selvas del este, en busca del legendario reino de El Dorado. Teniendo en cuenta los orígenes documentalistas de Herzog, un director autodidacta por cierto, no es extraño tener ante nosotros un film en donde el silencio y la contemplación del entorno juegan un papel fundamental, de ahí la falta de diálogos o la simpleza total de éstos, que tanto irritan a quienes esperan desarrollo de la trama a través de los diálogos. Lo de Herzog va más allá de explotar las hermosas locaciones de la selva amazónica (como si fuera un documental, por cierto) sino que pretende graficar lo que para él es tema distintivo en su filmografía: la lucha de un rebelde, superviviente e inescrupuloso que se enfrenta a un mundo hostil: en este caso, Lope de Aguirre, con una selva amazónica, misteriosa, indómita e indomable. El director repetiría esta fórmula en otros films como "Fitzcarraldo" (1982), en donde un megalómano empresario del caucho pretende construir un teatro de la ópera en plena selva amazónica; y "Cobra Verde" (1987) protagonizada por un traficante de esclavos. Todos papeles hechos a la medida del irascible y legendario Klaus Kinski.
Para tratar de obtener una performance realista, Herzog comenzaba a enfurecer de forma deliberada a Kinski para que éste mostrara su más demencial ira y aprovechar de filmarlo. Legendario es el hecho de que en cierta ocasión, después de haber disparado en plena filmación para lograr que el equipo de sonido guardara silencio mientras actuaba, Kinski fue amenazado por el propio director con un revolver de asesinarlo si abandonaba la filmación y que luego se suicidaría. Herzog lo ha negado en varias ocasiones, sin embargo el hecho es parte de la leyenda sobre la relación director-actor, aunque varios atestiguan haber presenciado estos incómodos momentos. No obstante, se produce una paradoja, en mi opinión, sobre el particular estilo de Herzog de fustigar a Kinski y el retrato final del legendario actor alemán. Se insinúa constantemente que Lope de Aguirre es muy peligroso pero en realidad lo demuestra bien poco, incluso cuando encabeza el motín contra Ursúa. Conociendo la fama de los personajes que encarna Kinski, me da la impresión que finalmente se impuso el deseo del director de retratar a un personaje más bien mojigato y calculador, en lugar de un demencial, en donde el espectador esperaría una interpretación realmente brutal. Con todo, Klaus Kinski es el protagonista exclusivo de una película, cuyos personajes secundarios no están del todo estructurados, siendo meros vehículos para la poca acción que el film tiene.
"Aguirre, Der Zorn Gottes" (1972) fue rodada con un presupuesto de USD 370 mil, de los cuales un tercio fue considerado para el pago del salario de Kinski. El rodaje duró aproximadamente 5 semanas y no estuvo exento de problemas técnicos, a parte de las tensiones típicas de una película arriesgada como ésta y los ya mencionados desencuentros de Herzog y Kinski. Y es que el escaso presupuesto impidió que Herzog pudiera contar con dobles o efectos especiales más sofisticados, obligando a los actores y al equipo técnico a escalar montañas, explorar la frondosa selva y atravesar ríos con balsas construidas por nativos, en los afluentes del Amazonas, región de Ucayali. La escena en la que una tormenta arrasa con todas las embarcaciones fue de hecho utilizada por Herzog como reflejo de la fuerza implacable de la naturaleza. La fotografía de Thomas Mauch no está del todo cuidada, y ello puede deberse tanto a la falta de equipo profesional (recordemos que Herzog siempre ha sido un director independiente) o directamente a la indicación del director de que fuese tosca en forma deliberada. De cualquier forma, la fotografía logra captar la implacabilidad y hostilidad del entorno amazónico, por lo que cumple con su intención de mostrar al espectador la grandeza de la naturaleza y la pequeñez del ser humano ante su poder. Otra anécdota, esta vez respecto a la cámara, es la confesión de Herzog de haber utilizado una cámara de 35 mm que había robado de la Escuela de Cine de Munich, y que se convertiría en su herramienta de trabajo por varios años.
La música del film fue compuesta por el grupo alemán de rock progresivo y krautrock (un tipo de subgénero progresivo alemán), Popol Vuh, habituales colaboradores posteriores en la filmografía de Herzog. Uno de los puntos a destacar es el sonido coral que el grupo y Herzog lograron, que asemeja a una suerte de "coro-órgano". La crítica tuvo en general opiniones positivas de la demencial aventura cinematográfica de Herzog y Kinski en la selva amazónica peruana, y con el tiempo se convertiría en una película de culto y símbolo de la obsesión de un director por filmar el realismo en estado natural. De hecho, Francis Ford Coppola declararía abiertamente que una de las inspiraciones más potentes que lo llevaron a embarcarse en la también demencial "Apocalypse Now" (1979) fue este film.
Las actuaciones son correctas, y aquí se alza la figura de Klaus Kinski, uno de los actores más controvertidos, polémicos e irascibles de la historia del cine, que fue la primera opción de Herzog. El director recordaba al violento y desquiciado Kinski, cuando habían sido jóvenes habían compartido pensión en Munich, y no dudó por un momento que Kinski era el actor perfecto para el también lunático Lope de Aguirre. Sin embargo, desde un principio director y protagonista tuvieron desencuentros a la hora de estructurar al personaje, en donde Kinski proponía un tipo salvaje, loco y desvariado, mientras que Herzog a un tipo más manipulador, tranquilo y más amenazador. El resto del reparto incluyó al español Del Negro como el sacerdote cristiano Gaspar de Carvajal. Peter Berling ("Der Name Der Rose", 1986) como Fernando de Guzmán, representante de la familia real española. El brasileño Ruy Guerra ("Os Fuzis", 1963) como el incompetente Pedro de Ursúa. La mexicana Helena Rojo ("Misterio" (1979) como Inés de Atienza, prometida de Ursúa. Y Alejandro Repullés, como Gonzalo de Pizarro.
En definitiva, película correcta y simbólica tanto en su concepción como trama, cuyo mayor mérito es la paradoja de Herzog luchando contra la naturaleza para filmar una historia basado en una aventura similar.
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Probablemente, uno de los puntales más fuertes de la historia radica en su esencia minimalista, con diálogos simples, en una suerte de metáfora sobre el enfrentamiento más primigenio del hombre con la naturaleza. Herzog deseaba recrear una visión apocalíptica sobre la locura y la irracionalidad del hombre sometido a las más extremas condiciones de codicia y salvajismo, una suerte de lucha antológica con la implacabilidad de la naturaleza, en concreto, la selva amazónica peruana. De esta forma, el director de "Fitzcarraldo" (1982) investigaría sobre la figura del lúnatico y ya mencionado Lope de Aguirre, pero también consideraría los escritos del monje Gaspar de Carvajal (1500-1584), que narra el viaje emprendido por Gonzalo de Pizarro, desde el recién conquistado imperio incaico hacia las selvas del este, en busca del legendario reino de El Dorado. Teniendo en cuenta los orígenes documentalistas de Herzog, un director autodidacta por cierto, no es extraño tener ante nosotros un film en donde el silencio y la contemplación del entorno juegan un papel fundamental, de ahí la falta de diálogos o la simpleza total de éstos, que tanto irritan a quienes esperan desarrollo de la trama a través de los diálogos. Lo de Herzog va más allá de explotar las hermosas locaciones de la selva amazónica (como si fuera un documental, por cierto) sino que pretende graficar lo que para él es tema distintivo en su filmografía: la lucha de un rebelde, superviviente e inescrupuloso que se enfrenta a un mundo hostil: en este caso, Lope de Aguirre, con una selva amazónica, misteriosa, indómita e indomable. El director repetiría esta fórmula en otros films como "Fitzcarraldo" (1982), en donde un megalómano empresario del caucho pretende construir un teatro de la ópera en plena selva amazónica; y "Cobra Verde" (1987) protagonizada por un traficante de esclavos. Todos papeles hechos a la medida del irascible y legendario Klaus Kinski.
Para tratar de obtener una performance realista, Herzog comenzaba a enfurecer de forma deliberada a Kinski para que éste mostrara su más demencial ira y aprovechar de filmarlo. Legendario es el hecho de que en cierta ocasión, después de haber disparado en plena filmación para lograr que el equipo de sonido guardara silencio mientras actuaba, Kinski fue amenazado por el propio director con un revolver de asesinarlo si abandonaba la filmación y que luego se suicidaría. Herzog lo ha negado en varias ocasiones, sin embargo el hecho es parte de la leyenda sobre la relación director-actor, aunque varios atestiguan haber presenciado estos incómodos momentos. No obstante, se produce una paradoja, en mi opinión, sobre el particular estilo de Herzog de fustigar a Kinski y el retrato final del legendario actor alemán. Se insinúa constantemente que Lope de Aguirre es muy peligroso pero en realidad lo demuestra bien poco, incluso cuando encabeza el motín contra Ursúa. Conociendo la fama de los personajes que encarna Kinski, me da la impresión que finalmente se impuso el deseo del director de retratar a un personaje más bien mojigato y calculador, en lugar de un demencial, en donde el espectador esperaría una interpretación realmente brutal. Con todo, Klaus Kinski es el protagonista exclusivo de una película, cuyos personajes secundarios no están del todo estructurados, siendo meros vehículos para la poca acción que el film tiene.
"Aguirre, Der Zorn Gottes" (1972) fue rodada con un presupuesto de USD 370 mil, de los cuales un tercio fue considerado para el pago del salario de Kinski. El rodaje duró aproximadamente 5 semanas y no estuvo exento de problemas técnicos, a parte de las tensiones típicas de una película arriesgada como ésta y los ya mencionados desencuentros de Herzog y Kinski. Y es que el escaso presupuesto impidió que Herzog pudiera contar con dobles o efectos especiales más sofisticados, obligando a los actores y al equipo técnico a escalar montañas, explorar la frondosa selva y atravesar ríos con balsas construidas por nativos, en los afluentes del Amazonas, región de Ucayali. La escena en la que una tormenta arrasa con todas las embarcaciones fue de hecho utilizada por Herzog como reflejo de la fuerza implacable de la naturaleza. La fotografía de Thomas Mauch no está del todo cuidada, y ello puede deberse tanto a la falta de equipo profesional (recordemos que Herzog siempre ha sido un director independiente) o directamente a la indicación del director de que fuese tosca en forma deliberada. De cualquier forma, la fotografía logra captar la implacabilidad y hostilidad del entorno amazónico, por lo que cumple con su intención de mostrar al espectador la grandeza de la naturaleza y la pequeñez del ser humano ante su poder. Otra anécdota, esta vez respecto a la cámara, es la confesión de Herzog de haber utilizado una cámara de 35 mm que había robado de la Escuela de Cine de Munich, y que se convertiría en su herramienta de trabajo por varios años.
La música del film fue compuesta por el grupo alemán de rock progresivo y krautrock (un tipo de subgénero progresivo alemán), Popol Vuh, habituales colaboradores posteriores en la filmografía de Herzog. Uno de los puntos a destacar es el sonido coral que el grupo y Herzog lograron, que asemeja a una suerte de "coro-órgano". La crítica tuvo en general opiniones positivas de la demencial aventura cinematográfica de Herzog y Kinski en la selva amazónica peruana, y con el tiempo se convertiría en una película de culto y símbolo de la obsesión de un director por filmar el realismo en estado natural. De hecho, Francis Ford Coppola declararía abiertamente que una de las inspiraciones más potentes que lo llevaron a embarcarse en la también demencial "Apocalypse Now" (1979) fue este film.
Las actuaciones son correctas, y aquí se alza la figura de Klaus Kinski, uno de los actores más controvertidos, polémicos e irascibles de la historia del cine, que fue la primera opción de Herzog. El director recordaba al violento y desquiciado Kinski, cuando habían sido jóvenes habían compartido pensión en Munich, y no dudó por un momento que Kinski era el actor perfecto para el también lunático Lope de Aguirre. Sin embargo, desde un principio director y protagonista tuvieron desencuentros a la hora de estructurar al personaje, en donde Kinski proponía un tipo salvaje, loco y desvariado, mientras que Herzog a un tipo más manipulador, tranquilo y más amenazador. El resto del reparto incluyó al español Del Negro como el sacerdote cristiano Gaspar de Carvajal. Peter Berling ("Der Name Der Rose", 1986) como Fernando de Guzmán, representante de la familia real española. El brasileño Ruy Guerra ("Os Fuzis", 1963) como el incompetente Pedro de Ursúa. La mexicana Helena Rojo ("Misterio" (1979) como Inés de Atienza, prometida de Ursúa. Y Alejandro Repullés, como Gonzalo de Pizarro.
En definitiva, película correcta y simbólica tanto en su concepción como trama, cuyo mayor mérito es la paradoja de Herzog luchando contra la naturaleza para filmar una historia basado en una aventura similar.
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