CARLOS BAYOD
Miembro desde 10 de agosto de 2022
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Tengo, por su trayectoria, a Steven Spielberg y Woody Allen (curioso, los dos judíos) como los dos mejores directores en activo de la historia del séptimo arte. Si cine no siempre es perfecto (alternan obras maestras con auténticos bodrios) pero mi cita con ellos es y será eterna mientras sigan trabajando.
En "The Fabelmans", Spielberg ahonda en su niñez y adolescencia como comenzó su pasión por el cine y su relación con su "extraña" familia. ¿Resultado?, más que encomiable aunque para el que suscribe no llega a la genialidad.
En primer lugar, ese empeño últimamente por parte de los realizadores de rodar filmes de metraje casi siempre a todas luces excesivo (en este caso más de dos horas y media). Steven entretiene como siempre pero la historia que se nos cuenta tiene a veces tiempos muertos que no ayudan al desarrollo de la historia y otros de una emoción como pocas veces se da actualmente en el cine.
Interpretaciones de altura (ojito con Michelle Williams, puede robarle el Oscar más que merecido a la Blanchett), ambientación modélica y, para el que esto suscribe, una constatación de que el antisemitismo no conoce fronteras ni épocas. Al final, Spielberg sigue en forma...pero un poquito menos.
En "The Fabelmans", Spielberg ahonda en su niñez y adolescencia como comenzó su pasión por el cine y su relación con su "extraña" familia. ¿Resultado?, más que encomiable aunque para el que suscribe no llega a la genialidad.
En primer lugar, ese empeño últimamente por parte de los realizadores de rodar filmes de metraje casi siempre a todas luces excesivo (en este caso más de dos horas y media). Steven entretiene como siempre pero la historia que se nos cuenta tiene a veces tiempos muertos que no ayudan al desarrollo de la historia y otros de una emoción como pocas veces se da actualmente en el cine.
Interpretaciones de altura (ojito con Michelle Williams, puede robarle el Oscar más que merecido a la Blanchett), ambientación modélica y, para el que esto suscribe, una constatación de que el antisemitismo no conoce fronteras ni épocas. Al final, Spielberg sigue en forma...pero un poquito menos.