Acaba de despedirse en Prime Video, pero Los Anillos de Poder sigue generando un enorme interés en el público, que, por fin y por primera vez, ha podido ver una representación de Sauron en carne y hueso y ponerle cara al villano más villano y más famoso de la historia creada por J.R.R. Tolkien. Tendremos que esperar un tiempo para disfrutar de la segunda temporada, cuya producción comenzaba recientemente, pero la ambiciosa ficción de la plataforma de 'streaming' de Amazon ha arrasado en audiencia aupándose, como era de esperar, como la serie más vista de su historia.
Tras las revelaciones relacionadas con El Señor de los Anillos de Tolkien, las películas y el debate sobre qué es y qué no es canon en Los Anillos de Poder, tampoco es extraño que la serie haya generado un nuevo e irrefrenable interés sobre las famosas películas de Peter Jackson. Una trilogía rodada de seguido en Nueva Zelanda ahora hace 20 años que nos dejó más anécdotas y curiosidades de las que el internet aún en pañales de la época nos dejó compartir.
Ahora, por suerte, podemos conocer algunas de ellas y descubrir que, por mucho que las películas de Jackson protagonizadas por Elijah Wood, Viggo Mortensen, Orlando Bloom y compañía sean ampliamente veneradas por fans y no fans de la obra de literatura, la ya histórica trilogía también tuvo que hacer frente a diversas problemáticas.
De hecho, sin ir más lejos, estos últimas semanas ha vuelto a hablarse de una famosa escena de la segunda cinta de la saga, El Señor de los Anillos: Las dos torres, que casi arruina por completo la trilogía de Peter Jackson.
Producidas por New Line Cinema, hay que señalar que el estudio mostró una enorme confianza en el talento de Jackson desde el principio al dar luz verde a la vez a las tres películas que adaptarían la obra de Tolkien. Antes de saber cómo funcionaría entre los espectadores y aún a sabiendas de que se trataba de una adaptación tan compleja como ambiciosa de un universo realmente querido por los amantes de la literatura de fantasía. Además, la trayectoria de Jackson en aquel momento, que incluía títulos de terror como Bad Taste o Braindead, tampoco era especialmente popular.
Es bien sabido que Jackson se las apañó para convencer al directivo de New Line Cinema Bob Shaye, pero lo que no es tan conocido es que eventualmente estuvo a punto de perder la confianza en un momento clave del rodaje: La batalla del abismo de Helm, clímax de la segunda película de la saga.
Inicialmente planeada por Jackson y sus guionistas como una secuencia de 40 minutos épica y espectacular, la produción de dicha escena resultaría tan costosa que provocó algunos problmeas en el set. Según declaró Viggo Mortensen a The Telegraph, la escena estuvo repleta de "dificultades constantes" y, aunque siempre lo recordará, también reconocie que llegó a odiar aquel momento. "Fue la creación y la destrucción de ciertas personas", añadiriría el especialista Sala Baker a la misma publicación. Jackson, por su parte, aseguraba que llegó a estar bastante preocupado por las consecuencias que la escena esteba teniendo de tras de las cámaras:
[Hubo] un período de tiempo en el que New Line estaba cada vez más enfadada con nosotros en términos de presupuesto [Peter Jackson]
Según The Telegraph, uno de las jefes de la productora incluso llevó a quedarse en el set para supervisarlo todo al detalle y hacerle una advertencia a Jackson sobre lo tensas que se estaban poniendo las cosas: "Va a amenazarte con demandarte y venderte la casa para cubrir los sobrecostes", recordaba el director. En respuesta, Jackson le dijo: "Solo dile que estoy filmando esta maldita película y que estoy haciendo el mejor trabajo que puedo".
Finalmente, Jackson pudo llevar a cabo la escena que quería y nadie puede negar que la batalla del abismo de Helm fue tan grandiosa como tuvo que ser. Una escena histórica para la escena del cine y para la trilogía en particular, que, como bien sabemos, fue la gallina de los huevos de oro para la productora.
