Están vivos es una película de culto que cualquier fan del terror no dudará en defender, pero cuando se estrenó en 1988 fue destrozada por la crítica y el recibimiento en taquilla fue muy tibio. El cine está lleno de ejemplos de segundas oportunidades para cintas que fueron un fracaso en su primer fin de semana en salas y, sorprendentemente, crecieron poco a poco entre los fans, consolidándose finalmente como joyas cinéfilas.
John Carpenter sabe bien de qué va esto. El director no solo es el creador de la franquicia de Halloween, también ha luchado contra los comentarios negativos y, según ha desvelado en una entrevista con Vulture, nunca se acostumbra a ello. Dice, literalmente, que ante las críticas solo quiere volver a casa.
He tenido malas críticas con cada película que he hecho. ¿Cómo me siento al respecto? Siento que me quiero ir a casa
Esta sincera respuesta va en relación con lo que sucedió con Están vivos. Como decimos, la película fue vapuleada por la crítica. La prensa criticó duramente su guion, la interpretación y su mensaje social. Precisamente esto último es uno de los mejores elementos de la película y lo que valoran muchos seguidores del cineasta. Su estética ha pasado a formar parte de la cultura popular e, incluso, ha influenciado a los artistas del graffiti. El impacto es innegable.
En el momento del estreno las quejas principales recayeron sobre varios puntos que, precisamente, son los más valorados entre su legión de fans. Están vivos alberga una escena de lucha que se alarga durante seis minutos y que suele aparecer entre las mejores secuencias de pelea de la historia. Pero, claro, ¿cómo iba a saber el joven Carpenter que todo esto vendría después de que la crítica tachara tajantemente su obra cinematográfica?
Lauren Film
Y no es la primera vez que le ha pasado. La cosa (1982) fue definida como "basura instantánea", La niebla (1980) tampoco contó con el favor unánime de la prensa y Golpe en la Pequeña China (1986) fracasó en taquilla, aunque, mira por donde, sí obtuvo valoraciones positivas. Todas ellas son ahora películas de culto y nadie recuerda ya el recibimiento negativo que tuvieron.
Pero Carpenter, que está a punto de cumplir 75 años, se lo toma con mucha filosofía. Ni siquiera le importa que sean otros los que continúen el legado de Halloween, la que podríamos considerar la gran joya de su carrera. "No me importa. [...] La película de Halloween que más me gusta es la que hice en 1978, la que dirigí. Las otras son visiones de otras personas. Así es como funciona. Eso es lo que pasa cuando te rindes. No quería dirigir secuelas. No creía que quedara historia. Me equivoqué, ¿eh?", declara a Vulture.
Al fin y al cabo, tienen que "pagarle cada vez que hacen una", así que lo recibe con los brazos abiertos.
Si no sabes qué ver y quieres recibir los estrenos en tu mail apúntate a nuestra Newsletter.
