Si hasta ahora disfrutabas de Saw porque sabías que todo era cosa de ficción, prepárate para estar alerta. El casco que Amanda Young sufre como penitencia por no haber aprovechado bien su vida -a ojos de Jigsaw- está muy cerca de ser una realidad. El fundador de Oculus VR -los mismos que hicieron Oculus Rift- se ha puesto el inquietante objetivo de hacer unas gafas de realidad virtual que puedan acabar con tu vida si pierdes la partida.
La idea surge de la conmemoración de la fecha de lanzamiento de Sword Art Online, el videojuego ficticio del que toma el nombre el famoso manganime. La idea que propone es un VRMMORPG con una regla clara: si tu puntuación llega a cero, mueres de forma inmediata en la vida real. Esto puede ser muy interesante siempre que se quede dentro de la ficción, pero es de lo más inquietante si una empresa de la magnitud de Oculus VR se propone hacerlo real.
"El primer dispositivo de realidad virtual capaz de matar al usuario: si mueres en el juego, mueres en la vida real", escribe Palmer Luckey, fundador de la empresa, en un 'tweet'. "La idea de vincular tu vida real a tu avatar virtual siempre me ha fascinado: instantáneamente elevas las apuestas al máximo nivel y obligas a las personas a repensar fundamentalmente cómo interactúan con el mundo virtual y los jugadores dentro de él", asegura Luckey. Esta frase parece sacada de un capítulo de Black Mirror, pero es real 100%.
¿Recuerdas el episodio especial titulado Bandersnatch en el que los espectadores podían elegir las acciones de los protagonistas? Pues este proyecto nos suena a algo sacado de la ficción de Charlie Brooker con el aspecto más macabro de la saga de Saw. Nos ha desbloqueado un miedo que no necesitábamos: ser víctimas de un psicópata que quiera jugar con nuestras habilidades para los videojuegos.
Lionsgate
En su blog ha explicado algunos detalles de la idea. Su versión del NerveGear -el dispositivo que aparece en Sword Art Online- lleva unos explosivos listos para detonar a una frecuencia específica. También cuenta con un fotosensor de banda estrecha que puede detectar cuando la pantalla parpadea en rojo a una frecuencia específica. Si aparece la pantalla de fin de partida, se activan las explosiones y adiós al jugador.
Por si no fuera ya lo suficientemente siniestro, Luckey quiere que sea imposible quitarse el dispositivo una vez que se ha puesto. El empresario confiesa que su diseño aún tiene muchos fallos y puede matar al jugador en el momento equivocado. Aún está afinando los puntos más débiles y señala que quedan varios años para dar con la perfección. "La mala noticia es que, hasta ahora, solo he descubierto la mitad que te mata", cuenta en el blog.
Por suerte, es más una afición que un proyecto de negocio y nunca verá la luz. Eso sí, Luckey termina con una afirmación perturbadora: "Es, hasta donde yo sé, el primer ejemplo de no ficción de un dispositivo de realidad virtual que realmente puede matar al usuario. No será el último".
