Meterse en el terreno de la nostalgia y las películas que han acompañado la infancia de muchos es peliagudo. Todos sabemos que los filmes infantiles no son joyas cinematográficas -al menos, a menudo no lo son- pero las recordamos con gran cariño y no aceptamos que nadie se meta con ellas. Pero, ¿y si es el propio autor de la historia original quien ha decidido ir contra ella?
Michael Ende, autor de la novela en la que se basa La historia interminable, dijo claramente que no le gustó nada lo que hicieron con su idea en la gran pantalla y trató de eliminarla. Ende publicó el libro en 1979 y se convirtió en un clásico de la literatura juvenil. Cuando a Ende le ofrecieron la oportunidad de llevarla al cine, él aceptó encantado y entusiasmado por las posibilidades que eso ofrecía a la historia. Pero nada fue como había previsto.
Un gigantesco melodrama comercial a base de cursilería, peluche y plástico. Una mezcla de 'ET' y 'El día después" con "una lamentable falta de calidad, algo horroroso
Así de tajante se mostró Ende tras ver lo que Bavaria Studios había hecho con su querido Atreyu y Bastian. El escritor no tuvo escrúpulos a la hora de atacar a los productores. "Les deseo que los agarre la peste. Me engañaron de mala manera, y lo que hicieron conmigo humanamente es una canallada es una traición artística. Si estuviese en mis manos, yo hundiría esa película en el Vesubio", aseguró Ende, según recoge El País.
¿Cuál fue realmente el problema? Para muchos, la película es un producto superficial, ligero e inofensivo, mientras que el libro es profundo y lleno de significado. La novela de Ende fue clave en una generación porque criticaba el mundo enfermo en el que vivían y elevó al escritor a la categoría de guru. Nada de eso aparecía en la cinta, que fue más un intento de hacer "Hollywood en Munich" y se alejó de la visión original. "No entendieron nada en absoluto, solo querían hacer dinero", asegura el escritor.
La historia interminable se rodó en Munich con el objetivo de imponerse en el mercado norteamericano. Eso explica que, a pesar de ser una co-producción alemana, todo esté situado en Estados Unidos. Fue grabada en inglés, con elementos de la vida cotidiana estadounidense y huyendo de cualquier referencia a la sociedad de Alemania Occidental, donde la novela fue un enorme éxito.
Bavaria Studios
Michael Ende trató de frenar la producción y, cuando vio que no había manera, quiso que cualquier vínculo con ella desapareciera. El autor solo recibió 50.000 dólares por los derechos del libro y vio como cambiaban el guion sin que él tuviese capacidad de decisión. Según sus palabras, lo hicieron todo a escondidas y "solo vio el guion cinco días antes del preestreno como resultado de un veredicto judicial", según recoge People. Tras su lanzamiento en 1984, tuvo que soportar que La historia interminable fuese todo un éxito internacional y que las tiendas se llenaran de figuras de Fujur y Atreyu.
Y no solo eso, años después, en 1990, se estrenaría La historia interminable 2. El siguiente capítulo, que terminó de adaptar el libro de Ende y continuó un poco más su pesadilla. En 1994 vio la luz la tercera entrega, Las aventuras de Bastian, que solo se basó en un par de personajes de la primera entrega. Con suerte para el autor, estos dos títulos no tuvieron la misma acogida, pero tuvo que ser testigo de cómo su historia fue mancillada hasta el final de sus días. Michael Ende falleció en 1995.
