Veinte años después de su primera gran oportunidad en Días de fútbol (2003) y su debut como el portero Emilio Delgado en la serie Aquí no hay quien vida de Antena 3, Fernando Tejero puede presumir de ser uno de los actores más conocidos y carismáticos de panorama interpretativo español. Nacido en Córdoba en 1967, el intérprete ya tenía 36 años cuando le llegó su primera gran oportunidad, después de haber dejado atrás su trabajo en la pescadería de sus padres para trasladarse a Madrid, matricularse en la Escuela de interpretación de Cristina Rota y luchar por su sueño de ser actor.
En la película de David Serrano Tejero compartió protagonismo con Alberto San Juan, Ernesto Alterio y Natalia Verbeke, entre otros, y, aunque era secundario, rápidamente llamó la atención del público. Su papel de Serafín le brindó el Goya a Mejor actor revelación y, además, aquel año también estrenaría la popular comedia de Antena 3 que a día de hoy sigue siendo una de las ficciones españolas más queridas.
No mucho después de Días de fútbol, la primera oportunidad de Tejero en un papel protagonista en la gran pantalla llegaría de la mano de una nueva cinta también ambientada en un campo de fútbol. Se llamaba El penalti más largo del mundo, estaba dirigida por el director y guionista Roberto Santiago y, con el fútbol como eje central y Tejero en el elenco, dio lugar a la comprensible confusión de si se trataba de una secuela de la estrenada dos años antes.
Basada en un relato del escritor argentino Osvaldo Soriano, El penalti más largo del mundo narra la historia de Fernando (Tejero), el portero suplente de un equipo de fútbol de Tercera Regional que, tras no haber jugado ni un solo minuto en toda la temporada, se ve obligado a sustituir al portero titular en una única jugada. Un penalti a favor del equipo rival que decidirá si su equipo sube de categoría por primera vez en su historia.
En parte por la gran popularidad que tenía Fernando Tejero en aquellos años, El penalti más largo del mundo se convirtió en una de las películas más taquilleras de aquel año, solo por detrás de El Reino de los Cielos, con una estimación de más de un millón de espectadores en las salas españolas. La cinta llegó a estar entre las películas más taquilleras a nivel internacional en la primera mitad de aquel año y su recaudación ascendió a casi 5 millones de euros.
El rodaje de la película, no obstante, no estuvo exento de algunos problemas, puesto que se llevó a cabo en poco tiempo, apenas dos meses, con un equipo de intérpretes que contaba con un entrenador, pero para quienes el rodaje de las escenas fue duro. De hecho, incluso acabó con dos miembros en el hospital, uno de ellos el propio Tejero, que tuvo que ser operado de urgencia.
Me tuvieron que operar de un riñón. Yo era nefasto como portero, y de tanto intentar parar penaltis en un campo de tierra se me formó un hematoma en el riñón y me tuvieron que operar a mitad de película
Él mismo lo contaba recientemente, en 2020, durante una visita a Carrusel Deportivo de La Ser, en la que reconocía que no dejaba de ser curioso que dos de sus papeles más populares tuvieran que ver con el fútbol. Previamente, coincidiendo con la promo de la película, ya lo había contado en diversas entrevistas: "Era agosto, a las tres de la tarde y con 40 grados a la sombra. Tenía que tirarme muchas veces al suelo y acabé en el hospital porque un día oriné sangre" contó a El Mundo. S"e me fastidió un riñón, pero yo estaba encantado de haber hecho esta película que llega al corazón, ¡Y me queda el otro riñón!".
El segundo accidentado en el rodaje fue Benito Sagredo, quien se lesionó de verdad durante el rodaje de la escena en que su personaje se lesiona, pero no fue tan grave como la de Tejero.