El prodigio es el nuevo 'thriller' de Netflix. La película, dirigida por el ganador del Oscar Sebastián Lelio y protagonizada por la nominada al Oscar Florence Pugh, es la adaptación de la novela homónima de Emma Donoghu. La historia sigue a Elizabeth Wright, una enfermera de 1862 que es enviada a una región irlandesa muy religiosa de las Midlands con una misión: vigilar a Anna O'Donnell, una niña de 11 años que afirma llevar meses sin comer.
Aunque la película, al igual que el libro de Donough, cuenta con personajes ficcionados; lo cierto es que la historia está inspirada en un extraño hecho real conocido como el fenómeno de las chicas ayunadoras. Este término se utilizó para describir a jóvenes mujeres que, entre los siglos XV y XIX, afirmaban no consumir ningún alimento durante meses. Algunos incluso las consideraban místicas.
'El prodigio' es mucho más compleja que un simple 'thriller' de época: "Una película nunca ocurre en la pantalla"Este hecho las convertía en celebridades locales, puesto que había un componente religioso en estos ayunos. Algunas incluso decían que tenían poderes, pero normalmente terminaban muriendo. Los psicólogos e historiadores señalan que este fenómeno podría ser el predecesor de la anorexia.
LOS CASOS EN LOS QUE SE INSPIRA 'EL PRODIGIO'
"Estos casos me intrigaron al instante, que parecían ser un eco de los santos medievales que se morían de hambre como acto de penitencia, y también de la anorexia moderna", contó Donough en su página web. "Parecía decir mucho sobre lo que significaba ser una chica en muchos países occidentales".
Como documentación para su libro, la autora se informó sobre unos 50 casos reales ocurridos en Irlanda, Europa del Este, Estados Unidos y Canadá. "Estas celebridades que se mataban de hambre eran muy extrañas. En algunos casos podrían haber escuchado algo sobre otros casos, pero los casos no se agruparon. Ocurrieron a intervalos largos y aleatorios y en cualquier lugar: desde la zona urbana de Brooklyn hasta la zona rural de Gales".
Uno de los primeros casos de este fenómeno fue Juliana de Norwich, una mujer que vivió recluida durante el siglo XV. Los más devotos la visitaban como destino de peregrinaje y ella decía que había tenido visiones de Jesucristo.
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Sarah Jacob, una joven de Gales que vivió a mediados del siglo XIX -época en el que el fenómeno de las chicas ayunadoras fue más común- decidió no comer nada tras enfermar a los nueve años. Su objetivo era no alimentarse para estar lo suficientemente débil para no trabajar en la granja de su familia. Sus padres se aprovecharon de la situación y su hija se convirtió en un fenómeno nacional. No obstante, cuando seis enfermeras fueron a confirmar que la joven no estaba comiendo nada, Sara murió. Sus padres fueron condenados por homicidio involuntario.
Otro caso es el de Therese Neumann, una chica alemana ciega, con problemas gástricos y parálisis. En 1927 afirmó que había sido visitada por un santo que le dijo que no necesitaba comida ni agua, solo la hostia sagrada. Fue vigilada, al igual que Sarah Jacob, pero con un final diferente: la investigación afirmaba que Theresa perdió peso al inicio de la vigilancia, pero ganó al final del mismo. Algunos lo vieron como prueba de sus poderes, pero otros decían que era un fraude.
Como ves, los diferentes casos que has leído están presentes en El prodigio. Anna O'Donnell, el personaje de Kila Lord Cassidy, afirma que lo único que ha comido antes de su ayuno es la hostia sagrada y es considerada un fraude por algunos, pero una santa y destino de peregrinaje para otros. Pugh, por su parte, da vida a una de esas enfermeras que vigilaban estos casos para confirmar si eran reales o no.
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