Noche de paz es "una rara ocasión de ver a Santa fumando, bebiendo, diciendo vulgaridades, dándole puñaladas a todo el mundo que se encuentra. Es una cosa ridícula y deliciosa". Así es como define John Leguizamo la película navideña más atípica que vas a encontrar en estas fechas. David Harbour, bajo la dirección de Tommy Wirkola transforma al adorable hombre de rojo en un héroe de acción que lucha por mantener vivo el espíritu de la Navidad.
En Noche de paz, Santa está "deprimido, se siente perdido y ha perdido la fe en la humanidad", define Wirkola. "Cree que todo se centra en el consumo, en los juguetes y que la gente ha olvidado de qué va la Navidad". Es entonces cuando un grupo de mercenarios atacan a una familia adinerada en Nochebuena. Santa decide actuar al mismo tiempo que establece una bonita relación con la pequeña de la familia.
"Conocemos a Santa Claus como un hombre alegre con un traje rojo que baja por una chimenea y da regalos a todos los niños y niñas buenos, pero no sabemos mucho sobre él. Está envuelto en misterio", señala el protagonista, David Harbour, "Esta película va a su pasado, donde no era el hombre más amable, y usa parte de esa rudeza para derrotar a hombres malos. Sí, vemos un Santa Claus muy diferente este año"
Lo curioso es que sigue teniendo el mismo corazón y el mismo espíritu navideño, lo sigue haciendo por la generosidad, el amor y los niños, pero, sin duda, no solo da regalos, también reparte hostias
Meterse en la piel del sabio Papa Noel cuesta. Harbour llegó a los 130kg para poder dar vida al icono navideño. "Ganó peso para la película y me tocaba a mí atacarle. La última pelea, con unos 50 puños, fue algo imposible", recuerda John Leguizamo, quien interpreta al enemigo del protagonista. Para añadirle un nivel de complejidad, lo tuvo que hacer justo después de rodar la temporada 4 de Stranger Things, para la que había tenido que perder peso hasta llegar a los 86 kg.
Eso sin contar que todas esas escenas de lucha las rodó llevando un traje nada ligero. "Ser Santa Claus es muy sudoroso porque llevas muchas capas, relleno... Está el traje, que es todo de pelo y, además, tengo una barba larguísima falsa, una peluca larguísima... Fue brutal y yo no soy el mejor experto en artes marciales ni el mejor luchador, así que fue una situación muy sudorosa", confiesa el actor.
Universal
Si John Wick se pusiera el traje de Santa Claus
Para sacar adelante Noche de paz, Tommy Wirkola tuvo el apoyo de David Leitch, experto en escenas de lucha y ritmo trepidante, como demuestran sus obras, John Wick, Atómica o Bullet Train. Wirkola tampoco tiene miedo a pasarse un poco de la raya. Suyas son Zombis Nazis (2009) o Hansel y Gretel: cazadores de brujas (2013). Con esta mezcla, solo podía salir un Santa Claus repartiendo leña.
"Parte de la motivación era crear una película de Navidad que no hubieras visto antes. Homenajea muchas películas de Navidad, pero al mismo tiempo ofrece algo nuevo y loco", explica el director, "¿Cómo hacemos para que Santa pueda enfrentarse a mercenarios y salir vivo? Tuvieron esta idea de ir a sus raíces vikingas que creo que es brillante y, de una manera extraña, tenía mucho sentido para mí".
Usan la decoración navideña para atizar a los mercenarios, mientras suenan villancicos y Santa Claus reparte puñaladas a quien se lo merece. Y, por encima de eso, no pierden el espíritu de la generosidad y el amor que predomina las fiestas. No suena ni como la típica cinta navideña ni como una película de acción más. Es otra cosa. "Que fuera una película de acción y divertida pero con corazón era lo que esperábamos", apunta Harbour, "Pasamos mucho tiempo trabajando en el corazón de la película, que va sobre esta niña que necesita creer en Santa Claus porque tiene problemas familiares y necesita creer en el amor. Lo curioso de esta película tan loca, divertida y violenta es que, al final, salgas del cine sonriendo y pensando en Navidad".
Noche de paz llega a los cines españoles el 2 de diciembre.
