Cuando James Cameron estrenó Avatar en 2009 sabía que aún iba a pasar mucho tiempo en Pandora. El director planeó, desde el principio, una extensa franquicia con múltiples secuelas, pero ha tardado 13 años en sacar la segunda entrega. Sí, es mucho tiempo y para que te hagas una idea mejor piensa que los niños que en su día vieron -y re-vieron- la primera película ahora son adolescentes que regresan ilusionados al universo de los Na'vi. Es más, ahora la protagonizan.
Jack Champion y Trinity Bliss eran muy pequeños cuando se estrenó Avatar y ahora dan vida a dos de los miembros más jóvenes de la familia de Jake Sully (Sam Worthingon) y Neytiri (Zoe Saldaña). "La he visto muchas veces", cuenta Champion en una entrevista con SensaCine, pero añade que su obsesión real vino después. "La primera vez que la ví tenía 6 años pero no me impactó realmente hasta que la vi obsesivamente durante un mes cuando me enteré de que estaba haciendo la prueba para Avatar 2. Entonces cada día era como Avatar, Avatar, Avatar...".
Su compañera de reparto, Bliss, nació justo el año en que se estrenó la cinta, por lo que se perdió la revolución inicial. Aún así, admite que "es fan". "Era un bebé cuando se estrenó y toda mi familia fue a verla y les encantó. Yo por fin pude verla y me enamoré de ella cuando estaba haciendo la audición. Me enamoré de la película y del mundo mágico de Pandora", cuenta Bliss.
Recuerdo enamorarme de Neytiri e imitar sus movimientos por la casa. Sigue siendo una de mis películas favoritas hoy en día. Quizás no pude ser fan cuando se estrenó en 2009 pero sí pude ser fan cuando la re-estrenaron en septiembre de este año y la vi 3 veces en una semana.
Avatar: El sentido del agua juega un poco con eso, con los fans que han crecido dentro del mundo de Pandora y que ahora pueden disfrutar de la aventura desde otra perspectiva completamente diferente. Es un poco un ataque a varios bandos. Por un lado, se dirige a esos niños que acogieron el universo de Cameron con toda su inocencia. Pero -y lo más importante- también es una película para recuperar el amor por la sala de cine.
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"No tenía ni idea de la experiencia increíblemente inmersiva sería"
Si James Cameron se pone con algo, no se anda a medias tintas. El director es uno de los más ambiciosos de la industria y, por encima de su amor a la historias, está su pasión por la innovación. Si ya en la primera entrega desarrolló nuevas técnicas de captura de movimiento y proyección en 3D que la convirtieron en un espectáculo único hasta el momento, aquí vuelve a apostar por convertir la sala de cine en algo más.
Ahora la ha tomado con la captura de movimiento en imágenes bajo el agua, algo que nunca se había hecho antes. En Avatar: El sentido del agua, Neytiri y Jake Sully se trasladan junto a sus hijos a la tribu de los Metkayina, un clan que vive en los acantilados y son, por tanto, acuáticos. En otras palabras, Cameron necesitaba que sus actores estuvieran cómodos bajo el agua porque ha trasladado la acción al fondo del mar. Esto no solo requirió un despliegue tecnológico único, también una preparación física muy dura.
Entrenamos como cuatro días a la semana durante meses y meses antes de poder grabar la primera escena bajo el agua. Solo para poder estar cómodos aguantando la respiración y estando a 9 metros bajo el agua
"Empezamos con un certificado para buceo y luego empezamos a trabajar con Kirk Krack, que enseña a los Navy SEALs, simplemente aguantando la respiración y mejorando nuestra capacidad. Llegué a los 6 minutos y medio de retención de respiración estática", añade Sigourney Weaver.
Una preparación extraordinaria que se refleja en la pantalla. "Me sentí muy involucrada con lo que estaba pasando y sentí que sabía lo que era. No tenía ni idea de qué experiencia increíblemente impecable e inmersiva sería. Viéndola, como público, te conviertes inmediatamente en un miembro de esta familia y vas por todos sus viajes, problemas, lo que sea. Fue una experiencia muy estimulante, al igual que desafiante", asegura la actriz.
En Avatar: El sentido del agua los Sully viajan a través de la luna de Pandora para buscar refugio en el clan de los Metkayina, que vive en armonía rodeados de océanos. Al mismo tiempo que intentan ser aceptados en la nueva comunidad, los protagonistas luchan contra los humanos que quieren colonizar su territorio y explotar sus recursos. 13 años después de Avatar, llega a los cines el 16 de diciembre.
