Hay veces que ni el proyecto más ambicioso se libra de acabar en desastre. A lo largo de la historia del cine encontramos un sinfín de ejemplos de lo contrario, películas por las que nadie daba un duro y rodadas sin apenas presupuesto que acabaron amasando un enorme éxito e incluso dando lugar a grandes franquicias, pero también son muchos los casos en los que las productoras pierden cientos de millones de dólares tras haberlo apostado por un proyecto que tenía todo para triunfar pero que acaba siendo fallido. Pan (Viaje a nunca jamás), la película de fantasía de 2015 y ambientada en un universo que conocemos muy muy bien, es un ejemplo de eso último.
Dirigida por Joe Wright y con un reparto repleto de caras conocidas como la de Hugh Jackman, Roonie Mara o Amanda Seyfried, Pan partía como una gran apuesta de Warner Bros., que invirtió nada más y nada menos que 150 millones de dólares en su producción. Entonces la intención era que la cinta de fantasía cautivase a los espectadores con una historia jamás contada pero absolutamente reconocible por los espectadores, pero finalmente la premisa se volvió en su contra y no funcionó, ni mucho menos, según lo esperado.
Concebida como una precuela de Peter y Wendy, también conocida como Peter Pan, publicada por el autor escocés J. M. Barrie en 1904, Pan pretendía ser una historia de orígenes de la popular historia. En ella conoceríamos a Peter (Levi Miller), un huérfano de 12 años y gran aventurero que vive en un orfanato londinense en la década de los 40 y que anhela encontrar a su madre. Una noche, el joven rebelde es secuestrado por los piratas del malvado Barbanegra (Hugh Jackman) y llevado al país de Nunca Jamás, un mundo fantástico que los espectadores conocían de sobra y en el que no tardaba en hacerse amigo de dos figuras que también conocíamos bien: Tiger Lily (Rooney Mara) y el Capitán Garfio (Garrett Hedlund), junto a los que se enfrentaría a la tiranía de Barbanegra al tiempo que descubría su destino como Peter Pan.
Con un presupuesto de fábula, una historia popular querida por todos como base y un reparto repleto de estrellas, Pan (Viaje a nunca jamás) se perfilaba para ser un 'blockbuster' en 2015, pero no solo no lo consiguió, sino que todo pareció salir mal en el proyecto de fantasía.
En primer lugar, Pan se vio salpicada por la polémica ya en la fase de casting, cuando tras anunciarse el fichaje de Rooney Mara como Tiger Lily, un personaje originalmente nativo americano, la cinta fue rápidamente acusada de 'white washing'. La controversia fue bastante sonada en su día, pero, a pesar de la incomodidad reconocida por parte de Mara por verse en ese lado de un conflicto de este tipo, la producción siguió adelante según lo previsto. Una vez rodada, la película tuvo que hacer frente a varios cambios de fecha para evitar competir con otras películas que estaban destinadas a ser un gran éxito en taquilla, como Ant-Man, pero, cuando por fin llegó el momento, de poco le sirvió.
A pesar de la inversión, de su elenco de estrellas y del amor de la gente por Peter Pan y sus anteriores versiones cinematográficas, Pan acabó siendo un fracaso en taquilla y también a nivel de crítica, no logrando cautivar a la prensa especializada. Ya en su primer fin de semana en taquilla se vio venir y finalmente así fue: la recaudación total de la película ascendió tan solo a 128.3 millones de dólares, frente a los 150 millones de presupuesto y los más de 100 millones en gastos de marketing y publicidad. Un fracaso en toda regla que nadie en Warner Bros. había visto venir.
Por si fuera poco, la recepción de la película también fue absolutamente negativa, con tan solo un 27% de críticas positivas en Rotten Tomatoes -de un total de más de 200-. La nueva representación de los personajes que la gente conocía tan bien no fue bien dirgerida y los efectos especiales y CGI con los que contaba la película resultaron no ser suficiente para salvar la imagen general de caos e historia poco pulida que transmitía la película. Una cinta repleta de buenas intenciones y con un potencial que no supo aprovecharse y que acabó siendo un auténtico desastre.