Hay desastres capilares que cuestan más que un trasplante y un viaje a Turquía. Y, si no, que se lo digan a Kevin Costner, uno de los mayores sex symbols de la historia del cine reciente que, durante el rodaje de Waterworld, veía como su cabello menguaba y menguaba sin que él pudiera hacer nada por evitarlo. O quizás sí.
Por todos es sabido que Waterworld sigue siendo, a día de hoy, uno de los mayores desastres financieros de la industria cinematográfica. La que en principio debía haber sido una modesta producción de serie B (en principio iba a costar tres millones, pero acabó firmándose una producción de 65 millones de dólares de presupuesto) ambientada en un futuro distópico en el que la Tierra estaba rodeada de agua, terminó costando 235 millones.
'Waterworld': pelillos a la mar
Muchos medios de por aquel entonces culparon directamente a Kevin Costner y su tremendo ego de estrella: al parecer, el actor exigía vivir en una villa que costaba más de 4000 dólares la noche, lo que acabó incrementando el presupuesto de la cinta. También hicieron acto de aparición los desastres naturales en el rodaje de la película de Kevin Reynolds: un huracán destrozó los decorados situados en la costa de Hawái y tuvieron que volver a construirse desde cero.
Además, hubo accidentes entre los miembros del reparto (las actrices protagonistas, Tina Majorino y Jeanne Tripplehorn estuvieron a punto de morir al caer de un barco e, incluso, el propio Costner casi pierde la vida, atado al mástil de su barco) y del equipo técnico (gran parte del mismo tuvo que ser atendido por fiebres y otras enfermedades); enemistades entre los dos Kevin (Costner, protagonista y uno de los productores de la cinta, y Reynolds, director de la misma: este último llegó a abandonar la silla de rodaje durante la etapa de posproducción)… En definitiva, una película en la que hubo de todo menos sonrisas.
Y ahora, claro, le toca el turno al pelo. En un artículo publicado en el medio Newsweek el 14 de mayo de 1995 se alude a un aspecto en concreto de la fisonomía de Costner como parte responsable del aumento del presupuesto: tapar la calvicie del actor mediante CGI. En el artículo, firmado por el equipo de redacción del semanario, se aseguraba lo siguiente:
“(Kevin) Costner no estaba contento. Quería una epopeya más lenta, más larga y más arrolladora. Quería que su personaje pareciera más heroico. Y quería tener más cabello, según los informes, exigiendo nuevas tomas y costosos efectos de ordenador para camuflar sus propios mechones cada vez más ralos. Reynolds se resistió, pero Universal Pictures apoyó a su estrella. Pronto el director se fue”.
¿Quién dice la verdad y quién miente?
Efectivamente, Reynolds pegó la espantada durante el proceso de posproducción de Waterworld o, al menos, eso es lo que decían en Newsweek, porque a Costner se le empezaba a clarear un poco la zona del pelo. Sin embargo, al respecto, el actor también tiene su propia versión de los hechos. Al actor, en una entrevista para la CNN, hablaba sobre el artículo de Newsweek: “Me sorprendió mucho que viniera de Newsweek. No importa si citan una fuente, son solo tonterías y son tontos por publicarlo”. Definitivamente, a Costner no le importaba estar quedándose calvo. O, al menos, esas fueron sus palabras.
Dennis Hopper, el villano de la función, solo tenía palabras de elogio para Costner. En una entrevista realizada para el Chicago Tribune, el añorado actor aseguraba que “Pase lo que pase en su vida personal, Kevin Costner trabajó duro todos los días”.
Costner incluso se atreve a culpar a medios como Newsweek del fracaso de Waterworld. En esta vídeo-entrevista a ScreenSlam, el actor de Bailando con lobos: “Creo que en realidad es una intrusión para las personas que están dispuestas a pagar dinero para ir a ver una película, porque ahora les han dado mala información. Resulta que esa información no ha sido buena. Eso te enoja aún más porque tal vez haya algunas personas que nunca lleguen a ver esta película basándose en lo que dijo un idiota. Pienso que los medios no tienen nada mejor que hacer”.
Tuviese o no el pelo de Costner la culpa del aumento de presupuesto de Waterworld, de lo que no cabe duda es que la película, quizás, se merecía más suerte de la que tuvo: no deja de ser una cinta de aventuras a la antigua usanza, con un héroe muy marcado y unos villanos muy perversos. En definitiva, una película con la única pretensión de hacerle pasar al espectador un rato entretenido.