Sí, Matt Damon perdió una millonada por decir que no a Avatar, la película más taquillera de la historia, pero no podemos decir que le haya ido muy mal después de ello. En una reciente entrevista en BBC Radio, preguntaron a James Cameron sobre la mala decisión de Damon, que le llevó a perder el 10% de todas las ganancias de Avatar, y el director ha sido muy escueto: "Supéralo".
Se está castigando a sí mismo por esto. Y, realmente, creo que sabes que: 'Matt, eres una de las mayores estrellas de cine que hay en el mundo, supéralo'. Tenía que hacer otra película de 'Bourne' y no había nada que pudiéramos hacer al respecto. Así que tuvo que declinar con pesarMatt Damon perdió una millonada por decir que no a 'Avatar': "Por favor, no quiero saberlo"
Como dice Cameron, Damon estaba comprometido con la saga de Jason Bourne y tuvo que decir que no a Pandora. Económicamente, fue una mala decisión. La saga le podría haber reportado unos 300 millones de dólares, una cifra que va a seguir aumentando con el estreno de Avatar: El sentido del agua y que no ha podido conseguir ni juntando las 4 películas que componen la franquicia de acción.
Sin embargo, si hablamos de su carrera, haber dicho que no a Avatar por Bourne no es tan mala noticia. Al fin y al cabo, en Avatar hubiese aparecido poco tiempo en carne y hueso y, tras la primera entrega, se hubiese convertido en un Na'vi de manera permanente. Es decir, nadie le reconocería. Sin embargo, con El caso Bourne y sus secuelas se ha convertido en un héroe definitivo y su saga ha sido muy importante para el género de acción.
Su personaje es un hombre muy terrenal, con defectos de los que es consciente y todos sabemos que sería capaz de fallar en momentos clave. Esta autenticidad es la clave de que la saga haya funcionado tan bien y una de los elementos que le permiten conectar con la audiencia. Todo esto es, en parte, mérito de Matt Damon, que lidera la acción sin despeinarse. En otras palabras: parece que ha superado no haber participado en Avatar.
Matt Damon por Sam Worthington
Por otro lado, el papel fue a parar a Sam Worthington, un actor que en ese momento no era conocido fuera de su Australia natal. Se encontraba en un momento peculiar, pues había vendido todas sus pertenencias y estaba viviendo en su coche. No por necesidades económicas, sino porque estaba sufriendo una crisis personal y esa era su forma de hacer frente a lo que sentía. Entonces llegó Cameron, le convirtió en Jake Sully y el resto es historia.
La historia tiene un bonito final. Worthington firmó por el papel de su vida y Matt Damon siguió adelante con su carrera, la cual ha llenado de buenos títulos y reconocimientos.