A finales del año 2000, un director consiguió cerrar durante unas horas una de las zonas más transitadas del mundo. Claro que, llevar algo así a cabo no fue barato. Se pagó un millón de dólares para rodar 30 segundos de una escena que ha pasado a ser una de las más caras de la historia.
Vanilla Sky llegó a los cines en 2002. Dirigida por Cameron Crowe y con Tom Cruise, Penélope Cruz y Cameron Diaz como protagonistas; el filme es un 'remake' de la película española de Alejandro Amenábar Abre los ojos (1997).
El filme, un 'thriller' dramático, sigue a David Aames, un brillante y joven neoyorquino de éxito que lo tiene todo. Su vida da un giro radical cuando tiene un accidente de coche en el que muere su exnovia y le deja la cara totalmente desfigurada. La realidad y la ficción se entrelazan después del terrible suceso: ¿qué es real y qué no lo es?
En un momento de la película, David conduce su coche hasta Times Square. Sale del vehículo y corre por ese lugar tan visitado y fotografiado de Nueva York. No hay nadie. Solo él. Esta escena no se llevó a cabo con CGI ni pantallas verdes. Lo que ves es eso: a Cruise corriendo por Times Square.
¿Cómo consiguieron que no hubiese nadie en un lugar por el que pasan, diariamente, 330.000 transeúntes? Crowe, el director, llegó a un acuerdo con el NYDP (Departamento de Policía de Nueva York) para cerrar la zona entre las 5:00 AM y las 8:00 AM un domingo de noviembre del año 2000. Todo esto supuso un millón de dólares por 30 segundos de material grabado. Costó, sí, pero el resultado mereció la pena.
Vanilla Sky recaudó más de 203 millones de dólares en todo el mundo. Amenábar se encargó de escribir el guion junto a Mateo Gil, igual que en el caso del filme original Abre los ojos. Cruz, además, repitió como el personaje que interpretó en la película española.
El 'remake' dirigido por Crowe consiguió una nominación a los Oscar en la categoría de Mejor canción original -Paul McCartney se encargó de ella- y Diaz obtuvo una nominación en los Globos de Oro. Curiosamente, Cruz terminó nominada a los Razzie en la categoría de Peor actriz. Abre los ojos, por otro lado, sumó 10 nominaciones a los premios Goya, pero fue la peor parada de esa edición, pues no se llevó ni una estatuilla.