Brendan Fraser tiene el mundo a sus pies. El regreso a Hollywood del mítico actor de La Momia y George de la Jungla ha sido por la puerta grande y su papel en la nueva película del aclamado cineasta Darren Aronofsky ha sido objeto de grandes alabanzas desde que La ballena (The Whale) viese la luz por primera vez en la pasada edición del Festival de Cine de Venecia. Desde entonces, el papel de Fraser en la esperada cinta -que llega a las salas de cine españolas el póximo 27 de enero, huele a Oscar.
La emoción de Fraser ante la enorme ovación de más de seis minutos recibida en la presentación de la película ya fue contagiosa en su día. El intérprete, inolvidable por su condición de estrella de acción principalmente a finales de los años 90 y los primeros 2000, está de vuelta, pero por el camino no lo ha tenido nada fácil.
Alejado de los focos durante años, la etapa más dura de la vida de Brendan Fraser incluye un importante desgaste físico a consecuencia de su enorme implicación en determinadas escenas que le llevó a pasar siete años "entrando y saliendo de hospitales", pero también el haber sido víctima de abuso sexual por parte del ex presidente de la Asociación de Prensa Extranjera de Hollywood, Philip Berk, varios momentos delicados en el seno de su familia más cercana y el duro golpe de que Hollywood le diera la espalda. Hubo un momento en que parecía que se comería el mundo pero, tras sus últimos éxitos, comenzó a acumular fracasos a ojos de la crítica y dejó de ser una estrella. De hecho, el propio Fraser aseguraría en 2018 estar en "la lista negra de Hollywood" y haber sido apartado por completo de cualquier gran proyecto.
Ahora Brendan Fraser regresa con una película que quizá acabe siendo por la que sea recordado y que, de momento, le ha brindado algunas nominaciones importantes y el reciente premio a Mejor actor en los Critics Choice Awards.
"[Aronofsky] Dijo que quería reintroducir un actor", explicó el actor a Vanity Fair hace unos meses. "Y yo quería que me reintrodujesen". Y precisamente al director de Madre! (2007), que estrena The Whale tras más de 10 años de trabajo, le dedicó unas preciosas palabras en su discurso de agradecimiento por el mencionado galardón. Un discurso tan emotivo como empoderador que incluso días más tarde sigue siendo muy comentado en redes sociales. "Estaba en el desierto y probablemente dejé un camino de migajas de pan, pero me encontraste, y como todos los mejores directores, me mostraste a dónde ir para llegar a donde necesitaba estar", decía un Fraser absolutamente emocionado y con unas lágrimas en los ojos tan contagiosas como las de la ovación en Venecia.
Si tú, como Charlie, a quien interpreto en esta película, de alguna forma luchas contra la obesidad o solías pensar como si estuvieras en un mar oscuro, quiero que sepas que tú también puedes tener este regalo. Simplemente levántate y ve hacia la luz. Cosas buenas sucederán
Un discurso de apenas 60 segundos pero cargado de emotividad en el que, además de dar las gracias, ofrece un mensaje empoderador y de apoyo para cualquiera que afronte una mala racha en su vida.
El "Brendancimiento" -apodado "The Brenaissance" en algunos medios al otro lado del charco- es una de las mejores cosas que nos está dando Hollywood en los últimos tiempos, pero lo cierto es que el resurgir de Brendan Fraser comenzó mucho antes de que Aronofsky se fijase en él para ser su protagonista, incluso sin haber visto ninguna de sus películas más míticas.
El propio Fraser, ahora de 54 años, lo explicaría así en su participación en una de las famosas 'roundtable' entre actores organizada por The Hollywood Reporter. En ella, el actor reveló el momento exacto en que decidió dar un paso atrás en la industria del cine una vez que las cosas comenzaron a ir por un camino con el que no estaba a gusto: el rodaje de la película de 2010 En pata de guerra y más concretamente una escena en la que un baño portátil acababa del revés con su personaje dentro.
"Creo que fue la noche en la que estaba rodando una escena en la que estaba siendo atacado por un oso y estaba en un baño portátil que acabó del revés. Estaba sobre mi cabeza con todas las cosas que habían caído sobre mi cabeza y me hizo tener una conversación rápida conmigo mismo: ¿Esto merece la pena?", recordaba Fraser.
Quizá debería volver a repriorizarme a mí mismo y dejar de trabajar con animales. Di un paso atrás por razones que incluyen algunas astillas y cosas que tenía y la industria había cambiado mucho respecto a como se rodaban las cosas
"Supe que era el momento de aferrarme al sueño, pero tenía que volver a crecer", puntualizaba. "Volver al hambre real que tenía de contar historias, tener el tiempo de pensar sobre ello. Y volver desde el lugar de querer preocuparme por las historias que iba a hacer o que se tuviese la suerte de verse incluido volvió a convertirse en algo importante para mí.
En La ballena (The Whale) Fraser interpreta a Charlie, un hombre de más de 200 kilos postrado en una silla de ruedas que intenta recuperar la relación perdida con su hija.