Christopher Nolan lleva dos décadas regalándonos algunas de las películas más complejas, intensas y disfrutonas de Hollywood. El cineasta sabe muy bien cómo dar en la clave para mantener al espectador intrigado y atento. Por eso, además de devorar sus producciones, no podemos dejar de escuchar sus recomendaciones. ¿Cómo no querer saber de dónde vienen las influencias de uno de los mejores directores de la actualidad?
Resulta que a él, genio de los 'thrillers', la película que le mantuvo comiéndose las uñas y en el filo de la butaca fue Speed, la cinta de 1994 de Jan de Bont. El británico elogió, en una entrevista con British Film Institute, su capacidad para mantener al público totalmente expectante y asegura que es una de sus inspiraciones.
Una emocionante película contrarreloj
En el encuentro, el cineasta explicó que Speed fue una de las que le inspiró para hacer Dunkerque, una cinta que no baja el nivel de tensión en ningún momento. Junto a Speed, señaló Imparable (2010), con Chris Pine y Denzel Washington; Carros de fuego (1981), a la que denomina una obra maestra; o bélicas como Sin novedad en el frente (1930).
La película de Jan de Bont fue un éxito masivo de crítica y público tras su estreno en 1994. Costó entre 30-37 millones de dólares y recaudó 350, convirtiéndose en la quinta película más taquillera del año. Supuso un nuevo éxito en la carrera de Keanu Reeves, que ya era conocido en todo el mundo por la trilogía de Bill & Ted y por títulos como Le llaman Bodhi.
A nadie le pilla de nuevas la trama de la cinta, pero en caso de que acabes de conocerla ahí va el resumen. En Speed, Reeves da vida a Jack Traven, un policía de Los Ángeles que tiene que dar caza a un peligroso terrorista: ha puesto una bomba en un autobús que explotará si disminuye la velocidad por debajo de los 80km/h o si alguno de los pasajeros baja. Después de que un pasajero dispare al conductor, una pasajera llamada Anne (Sandra Bullock) deberá hacerse cargo de la conducción.
La buena acogida de la película llevó a la productora a desarrollar la secuela Speed 2, esta vez sin la involucración de Keanu Reeves. Lamentablemente, está considerada una de las peores secuelas que existen. Está claro que no tiene el mismo impacto un barco controlado a distancia por un informático lunático que quiere estrellarlo contra un puerto turístico.
