El mundo del séptimo arte es maravilloso porque puede generar todo tipo de emociones, desde la risa más extrema hasta el llanto. El cine de Yorgos Lanthimos es otra historia. Enfrentarse a una de sus películas es aceptar que te va a dejar una herida de la que puede que te recuperes en unos días o que deje una huella imborrable. Y eso también es bonito. Si no conoces su cine, un buen sitio por el que empezar es El sacrificio de un ciervo sagrado, de 2017, que está disponible para alquiler o compra Prime Video.
Este 'thriller' psicológico premiado en el Festival de Cannes nos presenta a una familia, los Murphy, que lo tienen todo. Steven (Colin Farrell) es cirujano cardiovascular y Anna (Nicole Kidman), oftalmóloga. Un día, el padre conoce a un adolescente huérfano y desarrollan una amistad. Ese joven aparentemente inocente está a punto de destapar un error de su pasado que echará abajo su estabilidad de la manera más desgarradora posible.
Como en toda película de Lanthimos, puedes esperar que El sacrificio de un ciervo sagrado tenga un poco de diferentes géneros: terror, suspense, ciencia ficción y hasta comedia. El cineasta mezcla elementos de todos ellos para crear una película única que, ya avisamos, no es apta para sensibles. Cada detalle que aparece en escena ha sido perfectamente calculado para incomodar al espectador. La cinta avisa de que está entrando en terreno perturbador y, nosotros, en lugar de distanciarnos, queremos acercarnos más para descubrir lo que nos tiene que contar.
¿Con miedo de que 'Tenet' sea compleja? 13 películas que a mucha gente le cuesta entenderEl director es experto en eso. Ya lo hizo con Canino (2009), una cinta inclasificable acerca de una familia cuyos hijos permanecen atrapados hasta que se les cae un colmillo. La intensidad y agresividad va aumentando en la cinta de manera progresiva hasta terminar en un final que ronda por tu cabeza días después de haberlo visto. Algo similar sucede con El sacrificio de un ciervo sagrado, cuyos acontecimientos terminan en una escena terrible y fascinante al mismo tiempo.
Parte del aliciente de la película es su reparto. Nicole Kidman y Colin Farrell dan vida al matrimonio protagonista. Nada nuevo en ellos, ya que realizan un trabajo excelente. Sin embargo, el que destaca es Barry Keoghan, que da vida al inquietante amigo de la familia. Keoghan es un actor irlandés de apenas 30 años en el que la industria ya se ha fijado. Además de El sacrificio de un ciervo sagrado, aparece en Dunkerque (2017), El caballero verde (2021) y Eternals (2021). Recientemente ha vuelto a trabajar con Farrell en Almas en pena de Inisherin y ha conseguido una nominación al Oscar a Mejor actor de reparto.
Si te apetece hacer doblete de Lanthimos, también puedes alquilar o comprar en Prime Video Langosta, otro título imprescindible del director. En esta ocasión, el cineasta se adentra en el género romántico para presentar un mundo en el que no está permitido vivir sin pareja. Los solteros son llevados a un hotel y solo tienen 45 días para salir de ahí con pareja. Si no encuentran a nadie serán convertidos en un animal que previamente hayan elegido.
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