En 300, Rodrigo Santoro da vida al intimidante Jerjes, un villano para el que tuvo que pasar por un proceso de lo más doloroso. Zack Snyder cuida al máximo detalle las imágenes de sus creaciones. Esto significa batallas épicas y encuadres memorables, pero también que los actores cuiden la estética al milímetro para tener la apariencia que requieren sus personajes.
Santoro seguramente se entusiasmó cuando fue fichado por Snyder para ser Jerjes, pero la felicidad acabó cuando le pidieron depilarse cada pelo de su cuerpo. "La descripción decía 2,7 metros de altura y su pelo era como de un reptil. No tenía pelo, no solo en la cabeza, sino en todo el cuerpo", empieza a contar.
Como estaba implicado en la preparación del personaje, acudió a un sitio especializado para que le quitaran cualquier pelo que pudiera tener. "Me untó la cosa en el pecho, por todo el costado, y cuando quise preguntarle algo, lo hizo directamente. Y nunca lo olvidaré", asegura Santoro en una entrevista con Sirius XM, "Me recordó a la película Virgen a los 40 de Steve Carell. Decía: 'No, no, para, para".
Ella enrolló una toalla y dijo: 'Muerte'. Me depiló hasta la mitad de mi torso y dije: 'Basta. Es suficiente. Muchas gracias. Me he dado cuenta, usaré una cuchilla'. Y eso fue todo. No soy un tipo muy peludo, pero tengo pelo, y fue muy doloroso
El actor terminó el trabajo con una cuchilla y, como él mismo comenta, aprendió varias lecciones en el camino. "Todos mis respetos a las personas que se depilan sus cuerpos", aseguró en la entrevista.
Eso sí, consiguió firmar uno de los trabajos más recordados de su carrera. Desde entonces, el brasileño ha participado en una decena de producciones más -incluida la segunda parte de 300, El origen de un imperio-, pero posiblemente nunca más se haya acercado a cera caliente.
Entre sus proyectos más recordados de los últimos años, Héctor Escaton, el anfitrión de Westworld; su papel en la miniserie española Sin límites para Amazon y RTVE; y la nueva Ben-Hur, estrenada en 2016.