Aprensión, indignación, aburrimiento, mareos, vértigo e incluso vómitos. A lo largo de la historia son varias las películas que han provocado que los espectadores decidiesen abandonar la sala tras haber pagado la entrada por una u otra razón. Aunque a veces ha ocurrido que determinado filme tiene la capacidad de causar una enorme indignación o, incluso, un aburrimiento inmensurable, en la mayoría de los casos en que esto sucede es a consecuencia de una extrema aprensión a lo que se está viendo en pantalla.
Sensaciones físicas que no dependen de nosotros y que en ocasiones hacen que el visionado se acabe convirtiendo en una auténtica pesadilla, pero que poco o nada tienen que ver con la calidad de la película.
Y ese es precisamente el caso de El desafío (The Walk), la película dirigida por Robert Zemeckis y estrenada en el año 2015 en la que Joseph Gordon-Levitt interpretaba a Philippe Petit, el reconocido funambulista y equilibrista francés que pasó a la historia por haber cruzado caminando sobre un cable la distancia que separaba a las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York en el año 1974.
El desafío (The Walk) es la película elegida por La Sexta para hoy, jueves 18 de enero de 2024, así que podrás verla en abierto a partir de las 22.30 horas, justo a continuación de El intermedio.
La gran hazaña de Philippe Petit fue el eje central de la película, un biopic dramático rodado en 3D con un realismo impresionante que se las apañó para trasmitir a los espectadores una absoluta sensación de vértigo que algunos, principalmente entre aquellos que disfrutaron de la experiencia en IMAX, no pudieron soportar.
La película comienza en el año de 1968, cuando Philippe Petit comienza a fantasear la que sería su gran hazaña seis años después de hacer historia por conseguirlo. Un tiempo durante el que experimenta algunas experiencias vitales bastante desagradables pero también se enamora, al tiempo que no deja de aprender, practicar y acercarse a la consecución de su sueño. Un desafío que acabaría completando con éxito, pero por el que también sería detenido.
Recibida con los brazos abiertos por parte de la crítica -la película tiene una puntuación de 82% en el portal de críticas Rotten Tomatoes-, la película de Zemeckis cautivó con el relato de su historia, pero especialmente por el impresionante espectáculo visual que logró ser.
Robert Zemeckis no había escondido su deseo de conseguir que la gente experimentase sensación de vértigo durante el visionado y consiguió con creces su objetivo. "Los últimos 20 minutos de la película tuve que apartar la mirada un par de veces por la sensación de la altura. Me sentí un poco mareada. Me sentí nerviosa. Fue una sensación de hormigueo y algo de ansiedad", aseguró a NYPost en su día Denise Widman, la directora de la junta del Festival de Cine Judío de Boston tras ver la película.
De igual modo, durante su paso por salas en 2015, Twitter se llenó de testimonios de personas que habían experimentado mareos e incluso vómitos en la proyección de la película. Un mal trago sin duda para los espectadores que sufrieron vértigo, pero que también generó angustia entre algunos que no tienen una mala relación con la sensación de altura.
"[El objetivo] era evocar la sensación de vértigo", admitió Zemeckis en rueda de prensa. "Trabajamos muy duro para poner a los espectadores en esas torres y en el cable". Misión cumplida.
