El Universo Cinematográfico de Marvel lleva una década creciendo, expandiéndose y entretejiendo una historia que va haciéndose más y más grande cada año que pasa. Tras cuatro Fases, una Saga completada -The Infinity Saga- y otra en proceso -The Multiverse Saga-; la franquicia ha tenido sus más y sus menos, pero siempre ha intentado que sus películas y series se diferencien entre ellas. El estudio presidido por Kevin Feige ha jugado con diferentes estilos cinematográficos y ha intentado darle a cada superhéroe su lugar, pero, seamos sinceros, hay uno que ha sido siempre la menta poleo de la franquicia: Ant-Man.
Las dos primeras entregas del Hombre Hormiga han funcionado como digestivo en la historia global del UCM. La primera, Ant-Man, fue el cierre de la Fase 2 y ejerció de alivio entre los acontecimientos ocurridos en Vengadores: La era de Ultrón y Capitán América: Civil War. Por entonces, lo importante en la franquicia era la ruptura del equipo de superhéroes como consecuencia de los Acuerdos de Sokovia y Ant-Man, entre medias, fue una especie de sorbete de limón para limpiar el paladar.
Con su secuela, Ant-Man y la Avispa, más de lo mismo. El filme llegó a los cines después de Vengadores: Infinity War y antes de Capitana Marvel y Vengadores: Endgame. Otra forma más de aliviar al espectador de cara a la lucha final contra Thanos (Josh Brolin). En resumen, la segunda entrega fue algo así como el cigarrito de después.
'Ant-Man and the Wasp: Quantumania' acabará con la mayor crítica al superhéroe por parte de los fans (o morirá en el intento)Pero, de repente, todo ha cambiado con Ant-Man y la Avispa: Quantumanía. La tercera entrega de la trilogía es una película tremendamente importante en el UCM. Y por varias razones. Por un lado, es la encargada de dar el pistoletazo de salida a la Fase 5. Por otro, es el filme que presenta a Kang (Jonathan Majors), el nuevo Thanos.
Es como si el Hombre Hormiga se hubiese cansado de ser la cortinilla de estrellas del UCM y ha querido demostrar su valor dentro de la historia de la franquicia. Ant-Man 3 es un filme que asienta las bases de lo que está por llegar con respecto a su nuevo gran villano. Scott Lang (Paul Rudd) ya no es el amigo con el que solo quedas porque te hace reír y tiene el don de que te olvides de tus problemas. Las cosas se han puesto serias.
Esto es algo que ya adelantó el director de la trilogía Peyton Reed en EW. "La gente está en plan: 'Vaya, son divertidos limpiadores del paladar después de una película gigante de Vengadores'. Para la tercera dije: 'Ya no quiero ser el limpiador de paladar. Quiero ser la película grande de Vengadores".
Las dos primeras entregas de Ant-Man son las que peor recaudación tienen del UCM. Sin contar títulos de la Fase 4 que llegaron a los cines cuando las salas todavía se estaban recuperando del COVID-19. Ant-Man acumuló más de 519 millones de dólares en todo el mundo y su secuela más de 622 millones de dólares en todo el mundo.
Ant-Man y la Avispa: Quantumanía adquiere una escala mayor que sus predecesoras. No solo a nivel narrativo, también a nivel visual explorando el Reino Cuántico, una dimensión que solo habían arañado las anteriores películas de la trilogía. Es una gominola a nivel visual.
En definitiva, Ant-Man 3 es una película imprescindible de cara a entender el futuro del UCM. Algo que no puede decirse de sus predecesoras.
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