Entre las nominadas al Oscar siempre hay una película de la que nadie ha oído hablar que se cuela de manera inesperada. Suelen ser títulos maravillosos que se salen del circuito más conocido y que regalan gratas sorpresas. Este año esa es To Leslie, un precioso drama basado en hechos reales donde una mujer con alcoholismo trata de reconstruir su vida. Podría haberse perdido entre las decenas de estrenos semanales, pero la cinta ha destacado gracias al boca a boca.
To Leslie cuenta la historia real de una madre soltera de Texas que gana la lotería. De la noche a la mañana tiene en su cuenta 190.000 dólares más que podrían solucionar su vida para siempre, pero a Leslie la buena suerte le golpea en la cara. Termina despilfarrando todo en alcohol y fiesta, incapaz de aceptar el dinero en el banco. La película comienza seis años después de la noticia y Leslie se dedica a vagabundear buscando algo de alcohol que meterse en el cuerpo.
La relación con su hijo ha quedado completamente rota y ahora le toca recomponerse para intentar empezar de nuevo. Lo que se encuentra al volver a su antigua vida son puertas cerradas y nadie quiere volver a ayudarla. Un drama social que se lo debe todo a una maravillosa Andrea Riseborough. Es imposible apartar la mirada de su actuación y la prueba está en la nominación al Oscar como Mejor actriz que se ha ganado a pulso.
Una campaña de boca a boca que ha fascinado a Jane Fonda, Kate Winslet y Cate Blanchett
Si Andrea Riseborough está nominada al Oscar es porque el director, Michael Morris, y su esposa, Mary McCormack, organizaron una campaña para generar boca a boca entre contactos clave de Hollywood. Solo necesitaron pedirles que vieran la película y que la recomendaran si de verdad les había gustado. ¿Qué sucedió después? Que obtuvieron una respuesta en masa encabezada por figuras como Kate Winslet o Jane Fonda a favor de la cinta.
Jane Fonda, por ejemplo, aseguró que era "una actuación valiente e impecable"; Kate Winslet también fue bastante tajante: "la mejor actuación femenina que he visto en mi vida"; y Susan Sarandon la definió como "una pequeña joya". Son solo algunos ejemplos de una campaña viral que puso en entredicho la nominación de la actriz en los Oscar por haber recurrido a "saludos personales o ruegos para ver la película". Unos días después la Academia decidió seguir adelante con la nominación de Riseborough.
Y todo esto viene porque la distribuidora, Momentum Pictures, no financió una campaña de premios convencional para promocionar la película. El director, Michael Morris, decidió actuar por su cuenta al ver que la empresa no confiaba en la cinta y nos dio una lección a todos: no te fies de lo que digan los demás, si crees que lo tuyo vale, ve a por ello.
De no haber sido por esta campaña, seguramente muchos nos habríamos quedado sin descubrir el inmenso talento de la actriz frente a la cámara. Morris demuestra que tiene mano para la narración y la puesta en escena; sin embargo, son Riseborough y Marc Maron -no nos olvidamos de mencionar a este actor de reparto que también hubiese merecido una nominación al Oscar- los que hacen que la película no se convierta en un producto social olvidable. Otorgan a sus personajes una ternura que llega a la butaca de cine.