Acaba de estrenar la película más personal de su carrera, pero, 40 años antes de Los Fabelman, Steven Spielberg ya era uno de los directores más prometedores de Hollywood con una interesante carrera a sus espaldas que incluía algunos de sus títulos más famosos y que sin duda forman parte de la historia del cine, como Tiburón (1975), Encuentros en la tercera fase (1977), En busca del arca perdida (1981) o E.T. El extraterrestre (1982). A lo largo de sus más de sesenta años de trayectoria, el veterano cineasta ha marcado varios hitos, pero uno de los puntos de inflexión de su trabajo detrás de las cámaras lo marcó sin duda El color púrpura, una película no poco controvertida en su día a la que él mismo se refirió como su primer "drama serio" con la que se distanció un poco de sus anteriores 'blockbuster'.
Estrenada en el año 1985, con guion de Menno Meyjes y protagonizada por Whoopi Goldberg, Margaret Avery, Danny Glover y Oprah Winfrey, la película allanó el camino para algunas de sus películas posteriores como El Imperio del Sol o La Lista de Schindler y, aunque no es la primera que se nos suele venir a la cabeza cuando hablamos de la filmografía de Spielberg, sí es sin duda uno de sus trabajos más notables y juega un importante papel en su carrera.
Basada en la novela homónima de Alice Walker, ganadora del Premio Pulitzer en 1983, El color púrpura es la desgarradora historia de Celie (Goldberg), una mujer de raza negra en en el Sur de Estados Unidos a principios del siglo XX que, tras haber sido víctima de los abusos sexuales por parte de su padre y haber tenido dos hijos fruto de las violaciones, es obligada a casarse con un granjero (Glover) que la trata como su fuera una esclava.
Considerada una de las mejores de Spielberg, la película El color púrpura también está rodeada de algunas cuestiones anecdóticas de lo más interesantes, como que, con ella, Steven Spielberg aceptó a recortarse considerablemente el sueldo para permitir que fuera una realidad. En aquel momento Spielberg ya venía cobrando 15 millones de dólares por su trabajo, pero, dado que solo su salario hubiera acaparado el presupuesto total de la cinta, el cineasta accedió a cobrar el mínimo establecido: 40.000 dólares. Tras su buena acogida, el largometraje acabó siendo absolutamente rentable, puesto que recuperó con creces su presupuesto de 15 millones, con una recaudación global de 142 millones de dólares.
El color púrpura fue, además, objeto de grandes elogios por parte de público y crítica, pero, al igual que Los Fabelman, se fue absolutamente de vacío en los Oscar. Un hecho que, pese a no ser la primera película ni la última que no obtiene premios pese a haber recibido múltiples nominaciones, ha acabado pasando a la historia porque supuso batir un récord. Y no uno cualquiera: un récord que lleva ostentando desde el 85 y que ninguna otra cinta le ha "arrebatado" en 40 años.
Tampoco es fácil, tenemos que decir: El color púrpura fue nominada a nada más y nada menos que 11 galardones de los que no ganó absolutamente ninguno. Un récord, dicho sea de paso, poco envidiable al que se le sumó la curiosidad de que, pese al amplio número de categorías en las que competía, Spielberg no hubiese sido nominado como Mejor director.
A lo largo de las cuatro décadas en las que la película ha ostentado el récord, lo cierto es que otras se le han acercado muchísimo: La gran estafa americana (2013), Valor de ley (2010) y Gangs of New York (2002), las tres con 10 nominaciones.
Pese al buen trabajo de Spielberg en su representación de una historia sobre la esclavitud, el racismo, los abusos sexuales y maltrato hacia la mujer para tratarse de una película en los años 80, la cinta fue objeto de críticas por su representación de los hombres negros, con la organización NAACP (Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color) acusando al director de haber estereotipado "la imagen de los varones negros como maltratadores". De igual modo, la cinta levantó algunas ampollas en el colectivo LGBTIQ+ por haber prescindido práctiamente de la relación amorosa entre dos mujeres que sí aparece en el libro y que se redujo a un beso en la película. Algo de lo que Spielberg también ha asegurado que se arrepiente, pero que justificó hizo para obtener una calificación por edades que le permitiese llegar a más públicos.
