Reservoir Dogs es la primera película de Quentin Tarantino y, para muchos, también una de las mejores. Con el paso del tiempo y la experiencia, el cineasta puliría muchas cosas y contaría con presupuestos mucho más elevados, pero el ADN de su cine es reconocible 100% en el famoso filme de 1992 que tanto admiramos sus fans.
Como la película de Tarantino que es, a Reservoir Dogs no le faltaron sus ya esperadas buenas dosis de sangre y violencia, pero entonces el cineasta no gozaba de la fama que tiene hoy día. Y aunque ahora la protagonizada por Harvey Keitel, Steve Buscemi, Tim Roth y el propio cineasta, entre otros, es todo un clásico del cine independiente, en su época se produjeron auténticas espantadas en sus primeras proyecciones.
Así lo recordaba el propio Tarantino en una entrevista durante el Tribeca Film Festival de 2017, con motivo del 25 aniversario de la que fuera su primera película. Sin embargo, lo verdaderamente sorprendente de aquello no fue tanto que muchas personas no pudiesen soportar la escena más violenta del largometraje, sino que uno de los que decidió salir de la sala durante su proyección en el Festival de Sitges fuese el mismísimo Wes Craven. La misma persona que había creado a Freddy Krueger para su terrorífica Pesadilla en Elm Street y, lo que es aún peor, que había dirigido la película de 1972 La última casa a la izquierda, que en su día había causado un gran revuelo por albergar escenas de violencia gráfica.
Una película inteligente y violenta que costó dos duros y encima nos regaló a uno de los mejores directores que existen"Empecé a contar la gente que se marchaba durante la escena de la tortura y 33 fue el número más grande", contaría Tarantino a The Hollywood Reporter. Antes de Sitges, Reservoir Dogs se había proyectado en otros festivales y el cineasta rápidamente se dio cuenta de que la famosa escena en la que el Sr. Rubio tortura al oficial Marvin Nash y llega a cortarle una oreja no resultaba soportable para una parte de la audiencia. Sin embargo, pensó que en Sitges, por la naturaleza del festival, sería diferente:
Finalmente tenía una audiencia que no se marcharía e incluso bromeé sobre ello mientras presentaba la película. Se marcharon cinco personas y una de ellas era Wes Craven. ¡¿El tipo que hizo 'La última caza a la izquierda se marchaba?! Mi película era demasiado dura para él
Pero aunque la violencia del cine de Tarantino pillase a muchos por sorpresa con Reservoir Dogs, tanto Harvey Keitel como Michael Madsen contaron a The Hollywood Reporter durante el mismo festival que nunca les preocupó el exceso de violencia en la película: "La violencia no era el objetivo. Era más sobre la violencia de la vida", reflexionaría Keitel. "No pensé que la violencia fuese sorprendente. De hecho, cuando vi la película por primera vez, pensé que era bastante mansa. No sabía la razón de tanto alboroto", añadió Madsen.