Keanu Reeves es uno de los actores más carismáticos que existen y se ha ganado el cariño de los fans a base de numerosas anécdotas sobre su más que demostradas amabilidad y buenas maneras. La gente que ha tenido la oportunidad de trabajar con él coincide en que la estrella de Matrix, que ahora lidera la taquilla con la nueva entrega de Johh Wick, es un ser de luz, siempre dispuesto a ayudar y manteniendo una actitud impecable en el set, desde con la primera persona hasta con la última, pero el público también ha tenido la oportunidad de comprobarlo en sus diferentes apariciones en programas y diversos encuentros con la prensa, en los que cautiva por completo con sus valores y reflexiones.
Asimismo, los más afortunados que han tenido la oportunidad de tratar a Reeves en las distancias cortas, siempre han compartido esta opinión. Keanu Reeves es una persona súper amable y trata de maravilla a las personas que se le acercan, siempre con el máximo respeto. De hecho, una anécdota muy comentada sobre el intérprete fue en su día que, cuando se fotografía junto a personas, evita tocar a la gente y mantiene sus manos en una posición que se conoce como 'manos educadas' en Corea del Sur.
Precisamente sobre la aplaudida amabilidad de Keanu se viralizaba un hilo de Twitter hace ahora unos años, en 2019, con la anécdota de un fan que solía trabajar en un cine cuando era adolescente y al que un día acudió Keanu Reeves mientras el estaba atendiendo en taquilla.
Según relataba el fan, Keanu Reeves se acercó a comprar su entrada con un casco de equitación -una prenda con la que curiosamente coincide haberle visto también en un cine una de las personas que comentan el hilo- mientras él estaba atendiendo en taquilla en un cine en Sydney, Australia, en el año 2001. La película elegida era Desde el infierno, un filme protagonizado por Johnny Depp y Heather Graham ese mismo año, y era una tranquila mañana de miércoles.
Según contaba el usuario, cuando se dio cuenta de que era Keanu Reeves, quiso ofrecerle su descuento de empleado: "Esto significa que necesita firmar mi hoja y, por lo tanto, tengo su autógrafo". Sin embargo, el actor, aparentemente extrañado por la oferta, le recordó que él no trabajaba allí y simplemente pagó el precio normal de la entrada.
Dos minutos después, llaman a la puerta detrás de mí que conduce a la taquilla. Supongo que es mi manager. Es Keanu.
Sin embargo, cuando el joven taquillero de 16 años pensaba que se había quedado sin la oportunidad de obtener su autógrafo, Keanu Reeves llamó a la puerta por la que se accedía a la taquilla y le dijo: "Me di cuenta de que probablemente querías mi autógrafo. Así que he firmado esto". Y le entregó un ticket del puesto de comidas que había firmado por detrás. Luego, casualmente, tiró un cono de helado a la basura y ve marchó a ver la película.
Como rápidamente se dio cuenta el joven, Keanu Reeves compró aquel helado solo por tener un papel que firmar para poder entregarle un autógrafo al joven que tan amablemente le había ofrecido su descuento de empleado. Quizá no hubiera sido necesario y podría haberle pedido directamente a él un papel, pero su gesto hace que la anécdota y el valor de aquel autógrafo sea aún más maravillosa.