Estrenada en el año 2000, Gladiator marcó el camino para el renacimiento del 'peplum', género nacido en los inicios del cine que había caído en desuso en las últimas décadas. Después de la cinta de Ridley Scott, los gladiadores volvieron a experimentar una etapa de esplendor como la que vivieron en los 60 con Ben-Hur o Espartaco.
Al conocer la historia de Máximo los espectadores quisieron más y ahí vinieron Troya (2004) o Exodus: Dioses y reyes (2014), del propio Scott, que intentaría repetir la fórmula sin demasiado éxito. Si quieres volver a disfrutar de Gladiator -o verla por primera vez- está disponible en Netflix y Prime Video bajo suscripción.
Conducida por una historia poderosa y unificadora, así como por un Russell Crowe magnífico -en todos los sentidos-, la película vibra por un espíritu épico irresistible. Esto está presente desde su impresionante escena de introducción en un campo de batalla en Alemania hasta su último segundo, en el Coliseo de Roma.
La cinta cuenta la historia de Máximo , quien comanda los ejércitos del emperador Marco Aurelio. Cuando este último es asesinado por su propio hijo Cómodo, Máximose ve obligado a huir, pero no puede evitar la masacre de su familia. Tomado prisionero por un traficante de esclavos, es vendido a un lanista de Mauritania que lo convierte en gladiador. Ahora empuñando la espada sobre la arena de la arena, el ex oficial sólo piensa en encontrar a Cómodo para lograr su venganza.
'Gladiator': un éxito inmediato de público y crítica
Tras su estreno, pronto quedó claro que era un auténtico éxito. Con un presupuesto de unos 103 millones de dólares, la cinta llegó a los 457 millones en todo el mundo. Ya en su primer fin de seman alcanzó 34 millones y en las dos primeras semanas sobrepasó los 100.
Gladiator tiene muchos puntos a favor. No solo está la increíble interpretación de Russell Crowe en uno de los mejores papeles de su carrera, a la que se suma la de Joaquin Phoenix. El director Ridley Scott hace un trabajo magnífico tras la cámara, que se ve impulsada por la música de Hans Zimmer. La cinta contiene, para muchos, algunas de las mejores batallas del cine y colocan a Máximo entre los mayores héroes del cine de acción de la década.
Sin embargo, para algunos no es todo lo buena que podía ser. El prestigioso crítico Roger Ebert opinó que era una película turbia y confusa. Su mayor fallo está en el guion y en su construcción de los personajes: "utiliza la depresión como sustituto de la personalidad, además de creer que si los personajes están amargados y lo suficientemente malhumorados, no nos daremos cuenta de lo aburridos que son".
Más allá de esto, Gladiator es uno de los clímax del género de acción y, en particular, un hito en el género de gladiadores.