Hace casi 15 años que WALL·E Batallón de limpieza llegaba a las salas de cine para convertirse en una de las cintas más originales de DIsney Pixar en aquel momento, y que lo sigue siendo hasta la fecha. La cinta, basada en la vida del pequeño robot que se dedica a limpiar la Tierra de basura, y su compañera de aventuras, EVA, se hicieron con el cariño del público de una forma única y muy diferente.
Andrew Stanton fue el encargado de trasladar esta idea tan original como poderosa a la gran pantalla y con un mensaje de gran calado. Pero, más allá de la moral que se plasma en la película y, su salvemos al planeta porque podemos por bandera, el largometraje de Pixar tiene varios detalles ocultos (y otros no tanto) que esconden un significado muy interesante.
La película está ambientada en un futuro distópico que traslada al espectador al año 2805. Si recuerdas, una vez WALL·E se encuentra en la nave espacial, todos y cada uno de los seres humanos que habitan en ella son niños pequeños sentados en sus sillones flotantes que los desplazan por los amplios pasillos. Además encontramos a los robots inteligentes, que muy alejados de lo que el protagonista acostumbraba a hacer, ellos están al servicio de los humanos haciéndoles más torpes de la cuenta.
Si te fijas, entre las filas de niños no hay cabida para nadie anciano. ¿Esto es pura casualidad o un doble juego con el que Pixar ha querido jugar? Evidentemente, como todo en su universo, nada es por casualidad y todo tiene una explicación; la manera en la que Stanton mostró fielmente cómo será ese futuro en la gran pantalla, que si no hacemos nada será más cercano a la realidad que a una fantasía.
Esta idea está sustentada por el doctor David Ludwig (Harvard Medical School), que tras un artículo publicado y titulado "Lifespan Weighed Down by Diet", Ludwig justifica que nuestra esperanza de vida no solo ha llegado a su recta final, sino que si no hacemos nada (como ocurre con la basura en la película) empezará a disminuir.
El argumento de Ludwig busca como causa una de las imágenes que vemos en la película: la obesidad infantil. Si recuerdas bien, los niños que vemos en la nave sufren de sobrepeso, y Stanton lo quiso mostrar así por un motivo en concreto no dejaron nada al azar. “Millones de individuos dependen de medicamentos para disminuir su colesterol, su tensión arterial y su glucosa sanguínea; de procedimientos quirúrgicos para hacer un bypass en unas arterias bloqueadas; y de la diálisis”, explica Ludwig en su estudio.
Una vez más, el famoso estudio de animación vuelve a adelantarse y a ir de la mano de la ciencia, quien respalda la representación de esa realidad distópica que tan lejana vemos en la gran pantalla pero que, al igual que el cambio climático, algún día no tardará en alcanzarnos.