El que os habla tenía en 1998 22 años. Y también tenía, por costumbre, salir por la noche con sus amigos, beber refrescos con un poco de misterio e ir a pubs con música para bailar y lo que surgiera. En verano cambiábamos los pubs por las terrazas de verano. Por aquel entonces, para mí, el infierno en la tierra.
Yo era un chico prejuicioso que abominaba de los ritmos latinos. Y por aquel entonces, una canción martilleaba mis oídos sábado sí y sábado también: 'Salomé'. Sí, cariño, baila que ritmo que sobra, pero lo que a mí me sobraba era esa producción sabrosona y trompetera que ponía en celo a la pista de baile. En cuanto sonaba la percusión machacona, el pianito sandunguero y, sobre todo, esos vientos atronadores que marcaban la melodía principal de la canción, allá que iban los jóvenes a darlo todo.
Lo tienes todo en esta vida pa’ gozar
Ahora he crecido y sé apreciar con creces el temazo pop que es 'Salomé'. Y 'Torero', lanzada en 2004, también lo es, aunque menos. No soy yo muy de fiesta nacional. En definitiva, Chayanne fue todo un icono pop internacional de la década tardía de los noventa y el principio de siglo, todo un hombretón portorriqueño, de los de piel tostada y mandíbula de hierro. Un macho alfa que nos dejaba embarazos con un golpe de cadera que mandaba al de Elvis a la otra punta del planeta.
Dos himnos lúbricos de la pista de baile (y una balada acaramelada llamada 'Dejaría todo') le bastaron a Chayanne para cimentar toda una carrera, convertirse en sex-symbol y ser un omnipresente en las galas de Fin de Año y en aquellas de Murcia, qué bella eres, tan habitual de las televisiones privadas. Sin embargo, la carrera de Chayanne es mucho más dilatada: comenzó como integrante del grupo juvenil Los Chicos en 1978, pero al poco lo dejó para emprender carrera en solitario.
Chayanne, al principio de su carrera, se benefició del éxito en México gracias, sobre todo, al que fuera su mánager durante una década, el también portorriqueño Gustavo Sánchez. A lo largo de dos décadas, el cantante lanzaría grandes éxitos como 'Chayanne es mi nombre' (mentira, nació como Elmer Figueroa Arce… no le culpamos por querer cambiarlo), 'Tu pirata soy yo' o 'Solo pienso en ti'. Si no os suena ninguna, no os preocupéis, aquí seguía siendo un total desconocido.
Todo cambio a raíz de su noveno disco, Atado a tu amor, lanzado en 1998, el más vendido de su carrera y el que le dio fama internacional con 'Salomé'. Incluso su fama llegó a Hollywood: ese mismo año protagonizó la película Baila conmigo junto a Vanessa Williams.
El siguiente éxito internacional y masivo de Chayanne, 'Torero', era una canción inédita aparecida en uno de sus recopilatorios de grandes éxitos, lanzado en 2002. En este disco también se incluía el éxito 'Y tú te vas', ganadora de un premio Billboard Latino. Chayanne disfrutaba de las mieles del éxito internacional, sin duda: sacó hasta cuatro discos recopilatorios y uno en directo en 2008 grabado en el estadio de River Plate en Argentina. No le iba mal al muchacho, no.
Ven y baila, síguete acercando
En 2014 sacó su último disco, el número 15 de su carrera llamado 'En todo estaré'. En este disco ya da señas de querer meterse al público reguetonero en el bolsillo, ya que cuenta con la colaboración de Yandel, de Wisin & Yandel. Para que Wisin no se pusiera celoso, colaboró con él en la canción 'Qué me has hecho' y en noviembre de 2017 seguiría intentándolo entre los más jóvenes con un dúo con Ozuna llamado 'Choka Choka', no sabemos si prima hermana del 'Waka Waka'.
Y tras esta, el silencio. Chayanne lleva desde 2014 sin sacar disco (sin contar el recopilatorio de 2017 Esencial) aunque sí temas sueltos. Lo último que se sabe de él, que ya cuenta con 54 años, es que sacó una nueva canción, una balada romántica, con las que los diabéticos deberían tener sumo cuidado, llamada 'Te amo y punto'. Una amenaza nada velada que cantaba con su habitual voz tenor y una cara aparentemente rejuvenecida por la cirugía que no pasó desapercibida para la gran mayoría de sus fans.
Aquí se nota ya la producción musical actualizada, con un ritmillo dembow sutil que acerca su sonido a los más jóvenes, aunque sin asustar a su target habitual: divorciados y divorciadas de 50 años que anhelan con que vuelva su juventud y, con ellas, las noches en las terracitas de verano.